El ganadero Domingo Hernández fallece a los 76 años

Hernández, natural de la localidad madrileña de Humanes, era propietario de dos ganaderías, la que se anunciaba a su nombre y otra bajo la denominación de Garcigrande, con las que se ha mantenido en los carteles de las principales ferias y citas de la temporada española en los últimos lustros.

Sin antecedentes familiares, la vocación ganadera de Domingo Hernández surge tras su boda con Concha Escolar, componente de una larga dinastía de criadores, los hijos del popular Pepe Pichorronco, entre la que destaca actualmente José Escolar Gil.

Desde 1984 a 1987, Domingo Hernández fue adquiriendo distintos hierros y puntas de ganado para formar su propia ganadería, primero los de Maribáñez y Amelia Pérez Tabernero, y después los del que fuera gran torero de los años treinta Domingo Ortega.

Sobre esa base, que fue eliminando progresivamente, su despegue en la cría de bravo comenzó en los años 90, después de comprar vacas y sementales de Juan Pedro Domecq, hasta formar una ganadería con un amplísimo número de reproductores y con una extensa producción de corridas.

Fue ya entrado el siglo XXI cuando los toros de los dos hierros de Domingo Hernández se consolidaron entre los predilectos de las principales figuras del toreo, que desde entonces se anuncian con ellos en las citas más señaladas confiando en la regularidad de su juego, que le ha valido a su propietario múltiples galardones, entre ellos varios de la feria madrileña de San Isidro. Desde hace unos años es Justo Hernández, el hijo mayor del ganadero, quien se encarga casi plenamente de dirigir la ganadería en la finca salmantina de Garcigrande, que da nombre a uno de los hierros y una de las de mayor calidad de esta provincia castellana para la cría de ganado en extensivo.

Según ha podido saber EFE, sus restos mortales serán trasladados en las próximas horas desde la clínica madrileña donde ha fallecido hasta el tanatorio de Fuenlabrada, localidad en la que residía.