Feria de Bilbao
Fortaleza en los toreros y debilidad de los toros
Los tres diestros, por encima de la corrida en la apertura del ciclo sevillano
La Maestranza (Sevilla). Primera de la Feria de San Miguel. Se lidiaron toros de García Jiménez y Olga Jiménez (1º), bien presentados. El 1º, noble y con clase; el 2º, noble pero rajado; el 3º, noble y apagado; el 4º, reservón y rajado; el 5º, deslucido y sin emplear; el 6º, complicado y parado. Media entrada.
Pepe Moral, de grana y oro, tres pinchazos, estocada (saludos); pinchazo, estocada (silencio). Juan Del Álamo, de rosa palo y oro, pinchazo, estocada (palmas); pinchazo, estocada casi entera, descabello (silencio). David Galván, de grana y oro, estocada (palmas); pinchazo, estocada, aviso (saludos).
Pepe Moral estuvo a punto de estrenar el casillero de orejas en esta recién comenzada Feria de San Miguel Sevillana. El diestro sevillano, que llegó por la vía de la sustitución -Joselito Adame- y tras su triunfo en la tarde del Corpus en esta misma plaza en donde le cortó las dos orejas a un toro del Conde de la Maza, estuvo muy decidido con el noble y colaborador astado de Olga Jiménez que rompió plaza. Mostró buenas maneras en los lances de recibo y cuajó una meritoria faena con la muleta, sobre todo en las tandas al natural que enjaretó a este animal. Su toreo con la zurda tuvo mando, temple y buen gusto, tanto que hizo sonar el pasodoble torero «Maestrante» y las ovaciones del público. Cumplió también en las tandas sobre la derecha hasta que el toro se fue agotando. Intentó entonces el toreo de cercanía, pero la obra ya estaba hecha. El lunar estuvo en la espada y ahí se le escapó la oreja.
Ninguna opción le dejó el cuarto toro de la tarde, el de peor juego del encierro. Fue un animal reservón y que sacó complicaciones, como la de mirar al torero y no emplearse nunca. El diestro de Los Palacios apenas se inmutó, todo lo contrario, puso firmeza y tiró de oficio, para tapar algunos defectos de los que tenía el oponente, que además buscó pronto los terrenos de tablas.
Juan del Álamo comparecía por segunda ocasión en el abono sevillano tras su paso por la Feria de Abril y se encontró en esta ocasión con un primer animal que tuvo nobleza pero que acabó con muchas ganas de irse a tablas. Estuvo muy dispuesto el diestro, en una faena inteligente en la que destacaron las tandas sobre la mano derecha, una de ellas de alta transmisión a los tendidos. En la siguiente ya el oponente le dijo que «nones», como que lo suyo ya se había acabado. Porfió el diestro, lo sacó a los medios y cambió de mano, ahora sobre la zurda. Pero el toro insistió en su postura y se fue descaradamente. Ya en terreno cercano a chiqueros, intentó cerrar su labor el torero, que al menos estuvo decoroso y dispuesto.
La misma disposición que puso ante el quinto, otro animal que no quiso colaborar, no humilló y apenas pasaba, a pesar de que el torero siempre estuvo a su favor, sin apenas forzarlo y dándole facilidades para que pudiese embestir. Volvió a gustar el torero sobre la mano derecha, pero queda dicho que el astado no estaba por la labor de embestir. Y si un toro no embiste, difícil es que el torero pueda triunfar. Decoroso en definitiva el diestro de Ciudad Rodrigo.
David Galván estuvo participativo con el capote y dejó una faena vistosa con la muleta. Sacó un repertorio pausado, relajado, con temple y gusto, dando tiempo de recuperación a un toro que tuvo nobleza y muy poca raza. Fue la del torero una faena más para dejar entrever sus indudables cualidades para el toreo estilista que de labor compacta y completa. Compuso muy bien la figura, en contra de una descompuesta embestida del animal, que se fue apagando muy pronto. El que cerró plaza pidió descaradamente riesgo. Y el torero se lo dio. Fue otro animal desrazado, que no quería repetir las embestidas y que se fue parando. El torero se pegó un tremendo arrimón y estuvo muy firme y seguro con este oponente. Fue, en definitiva, una tarde de fortaleza en los toreros y de debilidad en los astados. ¡Qué le vamos a hacer!
✕
Accede a tu cuenta para comentar