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La imagen de las mil palabras que ignora Carmena

Apoteósica y multitudinaria Puerta Grande en Las Ventas de David de Miranda en la tarde de ayer

Multitudinaria salida a hombros de Las Ventas de David de Miranda / Foto: Adrián Alonso
Multitudinaria salida a hombros de Las Ventas de David de Miranda / Foto: Adrián Alonsolarazon

Apoteósica y multitudinaria Puerta Grande en Las Ventas de David de Miranda en la tarde de ayer.

Lo dice todo. Ocurrió ayer. Al caer la noche, cuando casi estaba todo vencido e incluso perdido. En la plaza de toros de Madrid. David de Miranda confirmaba la alternativa y de su primer toro, el de la ceremonia, tuvo que esperar al sexto. El de Juan Pedro Domecq que cerraba plaza y tarde, de nombre “Despreciado” fue un canto a la bravura, a la transmisión y a la fiereza. La tauromaquia en estado puro. El eje central por el que gira todo: el tótem toro. Y el toro embistió con la grandeza del espectáculo y se entregó a unas manos sabias en plena juventud. Recién confirmada la alternativa, en la plaza de más presión del mundo, David de Miranda se olvidó de todo e hizo el toreo. El universal. El que pone de acuerdo a todos. Y así, las 24.000 personas que estaban ya pensando en el “cuarto tercio” enloquecieron. De pie. En pie. Un nuevo tsunami arrancaba los olés de Madrid, que son esa garganta profunda que acaba convirtiéndose en música celestial.

Ocurrió todo muy rápido y muy lento. Esos diez minutos capaces de cambiarle la vida a David de Miranda y la emoción a toda una plaza. Esa emoción que no es ficticia ni contenida. Todo lo contrario, esa emoción que se desborda hasta el punto de asaltar al torero en la Puerta Grande. En esa salida hacia la calle de Alcalá, que debe ser lo más parecido a tocar el cielo con las puntas de las manos.

La imagen de las mil palabras lo dice todo. La multitud, la pasión, la locura generada con una sola faena y la grandeza de ese toro. La magia de lo que ocurrió allí nos iguala a todos justo en ese momento. Las miles de cabezas en esa salida a hombros. La grata felicidad de haberlo gozado.

La imagen de las mil palabras (cuya autoría es de Adrián Alonso) lo dice todo. Justo todo lo que ignora Carmena. La Alcaldesa, que entre otras muchas cuestiones, saca los 34 días de toros ininterrumpidos en Madrid, con sus llenos de “No hay billetes”, de la programación de las fiestas de la ciudad. Esa masa de gente feliz, en gran parte madrileños, es la representación libre y popular de la Tauromaquia.