Toros

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Pacheco, valor y poder sin espada en Madrid

Pacheco, valor y poder sin espada en Madrid
Pacheco, valor y poder sin espada en Madridlarazon

Cada arrancada era un navajazo. Como una guadaña pasaba el castaño segundo de Julio García, hierro que tomó ayer antigüedad en Las Ventas, con una novillada pareja, pero a la que faltó empuje y raza, salvo ese primero, encastado pero con mucho peligro, de Miguel Ángel Pacheco. El gaditano echó la moneda al aire y quiso en una faena emotiva, llena de mando y de muletazos de mano baja, en la que tragó paquete por ambos pitones.

La oreja era de ley y estaba en su mano, pero falló la tizona varias veces y todo quedó en saludos. Otra ovación escuchó tras el quinto, desfondado y más endeble, pese a su pelea de bravo en el peto, con el que exhibió gusto y buen trazo. Adrián Henche, que regresaba tras caer herido en este mismo albero –como Pacheco–, fue silenciado con un primero que se quedó sin aliento en la primera tanda y un cuarto, a la defensiva y sin empuje. Idéntico balance escuchó El Adoureño en una presentación en Madrid en la que dejó una faena hierática –pero sin eco– y con tres buenos naturales, limpios y profundos, al noble tercero. De puntillas con un sexto desclasado.

En Las Ventas, novillos de Julio García, que tomó antigüedad, bien presentados y parejos de hechuras. 1º y 5º, desfondados; el 2º, encastado, muy orientado desde el primer tercio y con peligro; el 3º, noble; 4º y 6º, desrazados y sin clase.

Adrián Henche, silencio en ambos; Miguel Ángel Pacheco, saludos tras aviso y saludos; y El Adoureño, silencio tras aviso y silencio. Un cuarto de entrada.