Ferias taurinas
Un trofeo y dos cornadas
Fue como si pusieran el contador y comenzara la cuenta atrás con desenlace irremediable.
Las Ventas. Novillos de Los Chospes, complicados. Mario Palacios (saludos y oreja); Miguel Ángel Pacheco (silencio y herido); Adrien Salenc (saludos, silencio y saludos)
Parte médico de Palacios: Cornada en tercio medio de la cara interna del muslo derecho, con trayectoria ascendente de 25 cm.
Parte médico de Pacheco: Cornada en tercio medio de la cara interna del muslo izquierdo, con trayectoria hacia dentro de 20 cm.
Ambos son intervenidos quirúrgicamente en la enfermería. Pronósticos Graves
Mario Palacios, de tabaco y oro, estocada (saludos); estocada, herido (oreja).
Miguel Ángel Pacheco, de teja y oro, dos pinchazos, estocada defectuosa, aviso, cuatro descabellos (silencio); herido.
Adrien Salenc, de azul y oro, buena estocada (saludos); estocada, el que mató por Pacheco (silencio); estocada perpendicular y caída, aviso, dos descabellos (saludos).
Fue como si pusieran el contador y comenzara la cuenta atrás con desenlace irremediable. De rodillas esperó las arrancadas Pacheco del novillo con la muleta, como había hecho con el capote. Era el novillo de su presentación en Las Ventas y el momento de darlo todo. Encastado el de Los Chospes acudió raudo y recortaba cada viaje, hasta disolver las distancias. No fue el único susto. La faena transcurría con cierta tranquilidad mientras se desplazaba en el engaño al cobijo del mando. No perdonaba errores, no los quería. Y al natural, nada más ponerse, cogió al novillero de fea manera. Paliza gorda. Volvió. Regresó. Dio la cara. Y remató feo con los aceros. Pero la tarde no acabó de devolvernos la paz nunca jamás. Fue en el quinto, su segundo, cuando el de Los Chospes le despegó los pies del suelo para herirle y se lo llevaron a la enfermería. Movilidad sin entrega fue lo que tuvo el encierro de Los Chospes.
No perdonó el cuarto a Palacios. Iba y venía el novillo pero tenía su miga, porque se orientaba fácil. Y su miga fue que al natural le levantó y entonces no hubo perdón. Cornada en el muslo. Siguió el chaval sin darse importancia, se justificó y a la primera hundió el acero. Se le pidió la oreja (de un público raro y con mucho extranjero) y el presidente la dio. Voluntariosa había sido la faena de Mario Palacios a un primero, que tuvo movilidad y repetición pero con ese punto de querer quedarse por abajo.
Con una buena estocada remató Adrien Salenc una valerosa faena a un tercero, desigual en las arrancadas y que desarrolló pronto y con otra estocada tuvo que despachar al quinto al ser herido Pacheco. En vilo nos tuvo el sexto, que reponía una barbaridad y ya sólo quedaba un torero en el ruedo. El francés le buscó las vueltas a pesar de que no era tarea fácil. Tenía mucho que torear el novillo de Los Chospes. No lo puso fácil el encierro.
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