Toros

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Villena: prueba superada

El Fandi, Manzanares y Palazón salen a hombros en la vuelta de los toros a esta plaza alicantina

José María Manzanares da un natural a uno de los de Alcurrucén
José María Manzanares da un natural a uno de los de Alcurrucénlarazon

Cinco años después de que se diese la ultima función en la flamante plaza de Villena, el 17 de septiembre de 2014, esta ciudad alicantina de tan gran y larga tradición taurina, volvió a disfrutar de una corrida de toros. No ha sido fácil, y Manolo Carrillo y los muy activos miembros de la Peña Cultural Taurina Villenense saben del complicadísimo y desagradable proceso que han tenido que librar para conseguir su objetivo: devolver la fiesta a un plaza inaugurada hace nueve años y lograr que los aficionados locales, muchos, y los también muy numerosos de toda la comarca del Vinalopó, puedan disfrutar de su espectáculo favorito. Pero, repito, no ha sido ni sencillo ni gratis. Por el camino hubo que meterse en juicios -y aquí hay que dar el mérito que le corresponde a la Fundación Toro de Lidia, por el empeño puesto en el tema-, demandar al anterior alcalde por prevaricación y solventar los mil y un problema que se las puesto por delante una vez dado el visto bueno para la celebración de este festejo. Hasta a la misma hora de comenzar hubo que soportar los insultos y amenazas de una muy agresiva manifestación de animalistas y antitaurinos, que sólo admiten derechos para ellos. Pese a los muchos actos programados en esta ciudad en sus fiestas de Moros y Cristianos, la gente respondió y los cuatro mil asientos del coso se llenaron, contribuyendo un muy bonito, noble y manejable encierro de Alcurrucén a la brillantez del evento.

El Fandi, que lo dio todo desde que se abrió de capa, se llevó la primera oreja de la tarde. Lució variedad con el capote, regaló otra exhibición rehiletero y, a su manera, exprimir a su noble y bonancible primero. Y en muy similares términos se manejó con el cuarto, más serio y descarado pero obediente y bondadoso. Entusiasmó en el segundo tercio y tuvo a la concurrencia de su lado desde que, rodilla en tierra, inició un quehacer festivo y efectista.

Manzanares, que se presentaba en esta plaza, se lució al torear de capa y estuvo templadísimo en redondo y muy acoplado al natura. Se empeñó en matar recibiendo, pese a que el animal, ya muy aplomado, no se prestaba a ello, y ahí perdió su premio. Sacó todo lo que tuvo el excelente quinto en otro trasteo inspirado, relajado y lentísimo, llevándose las dos orejas pese a que el estoque cayó bajo.

Francisco José Palazón se mostró muy dispuesto y muy puesto pese a que apenas ha toreado en los últimos años debido a una enfermedad. Pero se hizo ovacionar al quitar con unas ceñidísimas chicuelinas al tercero y cuajó luego un quehacer limpio y asentado en el que dejó ver su clase y maneras. Nada pudo hacer con el manso y parado sexto y la empresa le regaló el sobrero, con el que a base de entrega pudo lograr salir también por la puerta grande.

Ficha

Villena (Alicante). Toros de Alcurrucén, el séptimo lidiado como sobrero de regalo, bien presentados, nobles y manejables, siendo premiado el quinto con la vuelta al ruedo en el arrastre.

El Fandi (de vainilla y oro), media, oreja; pinchazo y bajonazo, aviso, oreja.

José María Manzanares, (de azul noche y oro), tres pinchazos y estocada, ovación; entera caída, dos orejas.

Fco. José Palazón (verde bandera y azabache), entera, dos descabellos, aviso, oreja; dos pinchazos y estocada, silencio; media, oreja.

Bautista, triunfo e indulto de despedida

El empresario de Arles se despedía como matador en su plaza, en un goyesco mano a mano con Enrique Ponce y ante toros de Núñez del Cuvillo. Un adiós de altura a la que estuvieron ambos diestros, que salieron a hombros tras cortar cuatro orejas y rabo (Ponce) y seis orejas y rabo simbólico para Juan, que indultó al último de su carrera.