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Cataluña

OT canta en catalán por la unidad de España

Miki durante su interpretación de “Una lluna a l’aigua”, de Txarango. Foto: RTVE.
Miki durante su interpretación de “Una lluna a l’aigua”, de Txarango. Foto: RTVE.larazon

Hay una frase en “Una lluna a l’aigua” que dice “Desde Cataluña al mundo entero” y que Miki no pronunció anoche. Su versión de la canción de Txarango no la incluía por una simple cuestión de edición, pero su mensaje era más que oportuno. Por primera vez en la historia de Operación Triunfo se ha cantado una canción en catalán y por primera vez se ha planteado un acercamiento lingüístico que venía rondado el historial del concurso desde sus inicios. Posiblemente, esta expresión pueda ser interpretada como un arrebato independentista, aunque la realidad es que se trata de un alegato repleto de positivismo. Sin embargo, lo llamativo del debate no es que haya pasado, sino que no se haya planteado así hasta ahora. En especial, cuando ya se había abierto la veda al portugués (“Amar pelos dois”, Alfred), el italiano (“La bambola”, Nika) o el francés (“La vie en rose”, Soraya). Incluso en gallego hasta en cuatro ocasiones: “A forza desta vida”, versión de uno de los himnos de la segunda edición del formato; “Lela”, que eligieron Bea Porrúa y Eva Carreras en OT 2003 y OT 2006, respectivamente; y “Benditas feridas”, que eligió Sabela en esta edición para salvarse de su nominación. Mientras que en ninguno de estos cuatro casos nadie levantó la voz, en el del grupo liderado por Alguer Miquel sí. ¿El motivo? El choque de unas opiniones que van más allá de lo estrictamente musical.

Para unos, esta decisión supone un ataque a la unidad de España; para otros, una forma más de potenciar la “catalonofobia”. Pero, si se atiende a criterios culturales, el hecho de que una televisión pública fomente su patrimonio lingüístico es la mejor formar de reivindicar esa pretendida unión. Y así se vio durante la gala 9: Miki brilló y lo hizo acompañado del público. Le corearon los estribillos e hicieron la canción suya. La disfrutaron tanto como la de cualquiera de sus compañeros. Porque, en definitiva, normalizar el uso de una de las lenguas oficiales del país no supone ninguna batalla perdida, sino la posibilidad de acabar con un estigma cada vez más minoritario: que el catalán se considere un signo independentista. Y viendo el efecto que se consiguió anoche entre los presentes, casi nadie hoy sería capaz de defender esta última tesis.

Es más, si por algo se ha caracterizado el formato es por involucrar al público y por consolidar un sentimiento de comunidad. Porque aquí también se canta en inglés y nadie lo cuestiona. De la misma forma que tampoco lo hacen con el resto de idiomas que se han entonado en el concurso. Ni siquiera por parte de los propios concursantes. Y no, ésta no es una cuestión que sea oportuna airear para ganar más audiencia: en el año 2002, Nika y Hugo ya protagonizaron el primer dúo en catalán. Es cierto que no ocurrió en una de sus galas, sino en uno de sus conciertos posteriores. Lo hicieron con “Boig per tu”, de Sau. Mientras en la primera la tradujeron como “Es por ti”, en el segundo mantuvieron su letra original. Ocurrió hace 15 años en el Estadio Olímpico de Barcelona, pero por aquel entonces las capas de la piel no eran tan finas como ahora. Eso es algo que se ha notado esta semana y que se viene acumulando desde el año pasado: Agoney recibió clases de catalán por parte de Nerea, Amaia y Alfred versionaron “El mes poble” (de Txarango) antes del pase de micros de la gala 9 y Alfred y Nerea tararearon en varias ocasiones “Els segadors” durante su estancia en la Academia. Éste es el himno oficial de Cataluña y su letra se basa en un romance popular del siglo XVII, aunque en ocasiones se emplea con valor político y reivindicativo.

Tres actos que si hubiesen sido en otra lengua, casi seguro que hubiesen pasado desapercibidos. Y el ejemplo más cercano lo tenemos en la misma edición: cuando Roberto Leal le pidió a Roi que enseñase al público alguna palabra en el idioma de su comunidad y el joven se decantó por “sapoconcho” (que significa “tortuga”) o cuando Miriam versionó algunos versos de “Tempestades de sal” (de Sés). Frente a esto, muchos usuarios de las redes sociales increparon a los aspirantes catalanes por utilizar su lengua regional y algunos incluso pidieron que no se les votase y que no continuaran en el programa. "A estos dos concursantes solo les faltó ponerse el lazo amarillo y llamar fascistas a los otros mientras cantaban “Els segadors” y “El virolai”", dijo uno. "Cantas el “Asturias Patria Querida” o “La Balanguera” mallorquina y no pasa nada. Pero lo haces con “Els segadors” y eres un secesionista independentista”, añadió otro. De los gallegos, en cambio, no se dijo nada.

Como tampoco se prestó anoche demasiada atención al resto de participantes. Las nominadas, Marilia y Marta, se presentaron en inglés. La primera optó por “Only girl in the world” (de Rihanna) y la segunda, por “I want to know what love is"(de Foreigner). Cada una con su particular forma de encarar su reto semanal y ambas sin las miradas que tuvo que soportar el joven de Terrassa. Se quedó Marta, pero también era el momento natural de despedir a Marilia. Era evidente que su concurso había acabado aquí, si no hace un par de semanas. Cantan bien, no hay duda; aunque hay algo más que ninguna de las dos ha sabido desarrollar en estas nueve semanas. Su capacidad para generar interés ha sido prácticamente nula. Quizá porque ninguna de las dos ha protagonizado una “mariconez” o ha cantado en catalán: aún así, su paso por OT ha sido tibio y descafeinado.

Todo lo contrario a lo que han conseguido María y Sabela. Las dos han sabido hacer de sus limitaciones vocales una baza a su favor. La primera, con su arriesgada interpretación de “Amorfoda” (de Bad Bunny); la segunda, con su desgarrada elegancia en “Next to me” (de Emili Sandé). Tanto una como otra han aprendido a sacar punta a la diferencia y hacer de ella su lanza de lucha. Porque hay que tener en cuenta que Operación Triunfo no lo debe ganar la mejor voz, sino aquélla que sea capaz de conectar de forma más intensa con el público. No hay duda de que Famous (que versionó con talante “El reloj”, de Lucho Gatica), Julia (que dio su toque personal a “Me muero”, de La Quinta Estación), Alba (que mestizó “Allí donde solíamos gritar”, de Love of Lesbian) y Natalia (que clavó las notas de “Lush life”, de Zara Larsson) tienen todas las papeletas para llegar a la final, pero también que la fuerza arrolladora con la que han evolucionado las dos primeras podría desbancarles sus posiciones. Porque, sea por una polémica o sea por el capricho del espectador, ganará el que reúna ese requisito que le convierta en diferente y especial.

Miki, favorito; María y Marta, nominadas

La defensa de la pluralidad lingüística ha sido una constante en el concurso desde que Amaia y compañía irrumpieran en la televisión hace poco más de un año. Este año, ha sido Dave quien ha defendido este avance: el concursante gaditano había aprendido a hablar de manera autodidacta y escuchando la discografía entera de Serrat y Llach, así como viendo las series 'Merlí', 'Crackòvia' y 'Cuore'. Esta pasión hizo que recibiera algunas críticas cuando, ya fuera, publicó varios tuits en catalán. El concursante dejó claro que lo continuaría haciendo, casi con la misma libertad con la que la Academia propuso la canción de Txarango a Miki. Él se alzó precisamente con el título de último favorito de la edición por derecho propio. Hay algo en su forma de actuar que le hace especial y eso es lo que valora siempre el espectador por encima de todo. Marta, Julia, María y Famous no lo reunieron y fueron propuestos para abandonar el programa. De ellos, Famous fue salvado por los profesores y Julia, por sus compañeros. Tal vez por no reunir eso que gritaron en la canción grupal que abrió el espectáculo: algo de chispa.