Televisión

«State of the Union»: cómo salvar un matrimonio en diez minutos

Nick Hornby y Stephen Frears tratan de salvar la pareja formada por Rosamund Pike y Chris O'Dowd, en una serie que se disfruta en muy pequeñas dosis.

Rosamund Pike y Chris O'Dowd protagonizan esta historia creada por Hornby y Frears
Rosamund Pike y Chris O'Dowd protagonizan esta historia creada por Hornby y Frearslarazon

Nick Hornby y Stephen Frears tratan de salvar la pareja formada por Rosamund Pike y Chris O'Dowd, en una serie que se disfruta en muy pequeñas dosis.

La nueva colaboración entre el director Stephen Frears y el escritor Nick Hornby –el uno dirigió «Alta fidelidad» (2000), basada en la novela homónima del otro– podría definirse como un ejercicio de minimalismo televisivo. Su premisa es tan escueta que cabría escrita en una lámina de papel de fumar: un hombre y una mujer se encuentran en un pub antes de asistir a una terapia de pareja; su misión es reflotar su matrimonio, que hace aguas después de una infidelidad. No hay más. Cada episodio escenifica una de sus citas previas a cada sesión semanal, y los diez minutos que dura el encuentro transcurren en tiempo real.

Una parte del peso de la narración recae sobre el notable trabajo interpretativo de los actores Rosamund Pike y Chris O'Dowd –a él lo vimos recientemente en la adaptación cinematográfica de otra novela de Hornby, «Juliet, desnuda»–; la otra, sobre unos diálogos, que resultan ágiles incluso cuando se dejan arrastrar por un alud de metáforas.

Aquí va un ejemplo de estas últimas: la terapia con la que aspiran a salvar la relación, afirma uno de ellos, puede ser algo parecido a buscar un objeto perdido, ya sea un bolígrafo o las llaves de casa. ¿Un bolígrafo o las llaves de casa?, se pregunta el otro porque, después de todo, no se busca con el mismo ahínco un boli –cuya pérdida no lloraremos– que las llaves de casa –cuya desaparición dispara todas las alarmas–. Aquí va otro ejemplo: la pareja rota representa un país dividido por el Brexit. Él votó Sí en secreto, porque ha perdido su trabajo como crítico musical y está resentido; ella, que tiene plaza fija en la Seguridad Social, lo lamenta profundamente porque la mitad de sus compañeros de trabajo provienen de otros países europeos. En ese sentido, no es casual que la bebida de cabecera de él sea la pinta de cerveza, y que en cambio ella prefiera seguir disfrutando, mientras pueda, del vino blanco.

Mayor seguridad

La peripecia tragicómica que «The State of the Union» plantea es muy íntima y a la vez absolutamente universal puesto que, al fin y al cabo, quien más quien menos ha formado parte alguna vez de una pareja cuyos vínculos se iban deteriorando a causa de los años de convivencia, la atención constante reclamada por los hijos y todas las presiones a las que somete la vida moderna. Las píldoras de 10 minutos recetadas por Hornby, que conviene dosificar y no consumir de forma compulsiva, son un buen antídoto para combatir nuestras propias crisis políticas y sentimentales, pero también para contrarrestar todas esas series que se alargan demasiado y vampirizan nuestro tiempo libre y nuestra vida de pareja.

En estos tiempos de sobresaturación de propuestas televisivas, las ficciones de metraje escueto podrían llegar a imponerse como el formato perfecto –por supuesto, depende de para quién–, porque pueden ser visionadas en el móvil camino del trabajo. Nosotros, en cualquier caso, las recomendamos como una metadona con la que combatir esa necesidad de rellenar con estímulos audiovisuales cada agujero de nuestra agenda, un medio para desengancharnos de tanta ficción televisiva. Si pudiéramos reducir su consumo a una dosis de tan solo diez minutos al día, hasta es posible que nuestra vida sentimental mejorara considerablemente.