Teatro

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Un gancho con humor a la crisis de la mediana edad

Eduardo Galán aborda las crisis vitales en su obra «Hombres de 40», una comedia romántica con Roberto Álvarez y Diana Lázaro. Cuándo: de martes a jueves, 20:00 h. Viernes y sábados, 20:00 y 22:30. Domingos, 19:00 Dónde: T. Marquina. Madrid. Cuánto: de 18 a 20 euros.

Roberto Álvarez y Diana Lázaro, en la obra
Roberto Álvarez y Diana Lázaro, en la obralarazon

Hace tiempo que Eduardo Galán se puso los guantes de boxeo –metafóricos– para medirse como dramaturgo y productor a un mercado que golpea bajo. Con Secuencia 3, su productora, aborda clásicos como «La Celestina» o «El galán fantasma», pero también da salida a su propia pasión, la escritura teatral. En sus obras suele haber mucho de él mismo. Como en «Historia de 2», la más reciente, en la que abordaba el mundo de la educación, como profesor de instituto que es. Ahora llega a Madrid «Hombres de 40», una comedia romántica ambientada de nuevo en el Madrid que conoce mejor. Los protagonistas son dos hermanos cuarentones que heredan un viejo gimnasio en Legazpi y una mujer de 39. «Todo se articula en torno a ese gimnasio; los que quieren vender, la que no quiere hacerlo y los ideales que simboliza: la vida te golpea pero tienes que seguir peleando. Es una obra alegre, vitalista, en la que hablo de la crisis, pero de una forma universal. La de los 40 está representada por diferentes crisis: la de la pareja, encarnada por uno de los hermanos; la de la fe y la identidad, porque otro de ellos es sacerdote; la de la salud, que representa ella; incluso la ausencia de crisis, que no deja de ser sino la negación de ésta».

Galán, que se define como optimista –«me río mucho de mí mismo, merece la pena no tomarnos en serio lo que somos»–, asegura que en la obra hay humor. «La gente se contagia de la alegría de estar aquí, a pesar de los problemas. Hay crisis... ¿Y qué?».

Dirigido por Mariano de Paco Serrano, director con el que ya ha trabajado en «Maniobras» y «La Celestina», entre otros títulos, el montaje tiene en escena a Roberto Álvarez y Santiago Nogués –los hermanos ficticios–, Diana Lázaro y Francesc Galcerán. Cuenta Álvarez que su personaje es «una especie de galán cómico de toda la vida, un refunfuñón tierno», y explica: «Hay muchas circunstancias alrededor de los 40. Cada uno las encara de distinta manera.Lo que para uno es la década prodigiosa, para otra es haber iniciado una vocación y darse cuenta a mitad de la vida que eso ya no te seduce».

Ambientar la obra en un ring de boxeo, explica Galán, respondía a «la búsqueda de un espacio que se saliera un poco de lo común», y reconoce una influencia clara: «Hay un cineasta que me entusiasma, Clint Eastwood. "Million Dollar Baby"fue una película que me dejó marcado por lo que simbolizaba: el mundo del gimnasio, la boxeadora, la responsabilidad que tenemos. Me atraía el mundo de lo viejo. El mundo del boxeo está caduco, ahora lo que funciona son los gimnasios modernos, de "yuppies", y con ese gimnasio de barrio, que no se lleva, hemos perdido en este tiempo todos los valores. Habría que recuperar algunos que nos daban señas de identidad y la obra nos los va presentando. La identidad religiosa, la familia, daban consistencia a una persona».

Lázaro, apasionada del ring

Diana Lázaro es la parte femenina del montaje entre tanto cuarentón inseguro. «La inseguridad es una cosa inherente a cualquier género, no algo sólo de los hombres», dice la actriz a título personal. «Constantemente estamos en crisis y lo que hay que hacer es encontrar la manera de salir fortalecidos de ellas, que es de lo que habla la obra». La actriz se ha tenido que calzar los guantes para el montaje. «Estoy yendo al gimnasio, a la escuela de boxeo, a diario. Es fantástico. He descubierto en el boxeo un deporte maravilloso y cuando terminaron los ensayos, en la gira, seguí practicándolo».