Una «bomba» de agua, viento y nieve

Nieve, agua y muchísimo viento. Stephanie, es el último ciclón que se abre paso con fuerza en la Península desde ayer, pero será hoy cuando sufriremos las peores consecuencias de esta «bomba» meteorológica o ciclogénesis explosiva de la que no escapará ninguna comunidad autónoma.

¿Qué es y por qué se forma? «Es una borrasca que ocurre muy rápidamente y con mucha intensidad. Al bajar la presión de manera muy acelerada, se convierte en una borrasca muy violenta y adversa en muy poco tiempo», explica Ana Casals, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Para que esa borrasca sea «explosiva», como es el caso de Stephanie, «deben coexistir de forma oportuna, sincronizada y a distancia una vaguada de presión incipiente en niveles bajos que interacciona con otra de niveles altos y que suele estar lejos de la primera, para producirse entre ambas una profundización o amplificación explosiva», añade el meteorólogo Martín León.

Lo cierto es que «Stephanie» no es la primera ciclogénesis que llega a la Península en lo que llevamos de año. Hay que remontarse a principios de los años sesenta para encontrarnos con una situación similar a la actual de encadenamiento de borrascas en tan poco margen de tiempo. Precisamente, Reino Unido ha sido uno de los países que ha sufrido con más intensidad este fenómeno en el último mes. La Universidad Libre de Berlín se encarga de poner nombre a estas borrascas desde el comienzo del año y lo hace por orden alfabético. Y, para hacernos una idea del volumen acumulado, ya está a punto de acabar el abecedario, teniendo en cuenta que el nombre la última borrasca que padeceremos hoy de lleno empieza por la legra «S».

¿Qué es lo que está pasando? «Normalmente, las bajas presiones que se forman en una latitud entre los 50 y 55 grados norte van desplazándose por el Atlántico y que hace la Europa del Norte sea más verde que España. Pero este año ocurre que las borrascas se han desplazado hacia el sur, hacia el paralelo 40-45 y esto hace que nos afecten de lleno y que sean más fuertes o explosivas», dice Casals. «Al transcurrir por una latitud más baja, el agua del mar está más cálida y la borrasca recibe más energía por el aporte de humedad. La corriente de ''el chorro'' (un viento muy intenso que aprovechan los aviones para desplazarse sin gastar combustible), que está a niveles altos de la atmósfera y que provoca que baje la presión más rápidamente en su centro, hace que las isobaras estén más juntas unas de otras, lo que es sinónimo de vientos fuertes».

En realidad, no está muy clara la causa por la que se da ahora esta circunstancia que los meteorólogos consideran cíclica. «Puede que sea por la coincidencia con ''el chorro'' porque todas las situaciones son del oeste», opina la portavoz de Aemet.

¿Qué podemos esperar ? Lluvias, vientos fuertes o muy fuertes y nieve en la mayor parte de España. Las mayores acumulaciones de agua se producirán en la mitad sur de España y en el extremo norte. Donde menos, en el litoral mediterráneo.

Semana pasada por agua

El temporal de vientos fuertes o muy fuertes sacudirán con más fuerza Andalucía, el Estrecho, el mar de Alborán y las Islas Baleares, mientras que hoy está previsto también que baje mucho la cota de nieve (hasta los 600 metros en la mitad norte y mil metros en la mitad sur). De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología espera que haya espesores considerables en media y alta montaña y menor intensidad en cotas relativamente bajas.

¿Cuándo acabará esta situación inusual? A primera hora de mañana. Ahora bien, las adversidades meteorológicas no acaban aquí. Aemet espera que vuelvan a penetrar nuevos frentes a lo largo de la semana que no nos dejen abandonar el paraguas, que recorrerán la Península con vientos fuertes o muy fuertes y que traerán nieve en cotas medias y altas. Eso sí, al menos habrá periodos de mejoría transitorios entre frente y frente.