Crítica de cine

Una pregunta que responder

Dirección y guión: Céline Sciamma. Intérpretes: Zoé Héran, Malonn Lévana, Jeanne Disson, Mathieu Démy. Francia, 2011.Duración: 82 minutos. Drama.

La Razón
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Nunca sabremos por qué Laure miente. ¿Por qué se hace pasar por niño? ¿Para llamar la atención de un padre ausente y una madre embarazada? ¿Para integrarse mejor en un nuevo grupo de amigos? ¿Porque nació chica pero se siente chico? Su resistencia a ponerse vestidos y su querencia por el pelo corto parecen apuntar a un problema de identidad sexual, pero Céline Sci-amma se niega a subrayarlo. En uno de los más delicados y conmovedores retratos de los insondables misterios de la infancia que nos ha dado el cine reciente, su cámara se pega al rostro y al cuerpo de Laure examinando la preciosa relación que tiene con su hermana pequeña, la empatía que la une con su padre, la vaga tensión que vibra bajo el vínculo materno y el deseo precoz y callado por su nueva amiga, sin que haya una palabra de más, con la atención por el detalle impregnando la gran aventura de una niña que quiere transformarse en su némesis para pertenecerse a sí misma.

«¿Cómo te llamas?». Es una pregunta sencilla que, en «Tomboy», Laure tarda una hora y veinte en responder desde la verdad. Y la debutante Zoé Héran la responde con la mezcla de orgullo y vulnerabilidad de una mirada que busca y un cuerpo que tiembla al contemplarse en un espejo. Es una interpretación de una madurez insólita, que aguanta el peso de una película que evalúa con nota el momento justo en que el deseo se levanta y anda.