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Las formas importan ¡y mucho! en el mundo animal

En el mundo animal, la forma también importa ¡y mucho!. No se trata de un capricho banal, hablamos de garantizar la descendencia de la forma más efectiva posible y con tal fin nos encontramos con penes sacacorchos, penes espinosos o simple y llanamente a pares.

En el mundo animal, la forma también importa ¡y mucho!. No se trata de un capricho banal, hablamos de garantizar la descendencia de la forma más efectiva posible y con tal fin nos encontramos con penes sacacorchos, penes espinosos o simple y llanamente a pares.

En declaraciones a Efeverde el director de biología del Zoo Acuarium de Madrid, Agustín López-Goya, nos ha hablado también de los báculos, un hueso de los mamíferos que hace las veces de aparato reproductor cuando este último, digamos, no está en condiciones.

Pero vayamos por partes: ¿Qué pasa cuando dos resultan mejor que uno?: Pues nada de lo que se imaginan, y si no veamos que ocurre con las serpientes, esos animales, que tanto repelús provocan en el ser humano, pero que sin embargo están relacionadas en el calendario chino con la sabiduría.

Sabiduría que se puede aplicar al diseño de su más que curioso apéndice sexual: un hemipene, es decir un aparato reproductor que consta de dos órganos pares, para, según se cree, alternar su uso entre cópulas. También y según López-Goyo hay animales machos dotados de un miembro bifurcado, este es el caso de la mayor parte de los marsupiales, y excepto las dos especies más grandes de canguros (subgénero Macropus), todos ellos poseen un pene separado en dos columnas, lo que hace que termine en dos puntas.

Pero el más original de todos es el que luce nuestro bien aprovechado, gastronómicamente hablando, cerdito. Conocido también por marrano, puerco, chencho, gocho o gorrino es un animal sabroso en la mesa y de lo más curioso en la cama, y su gran singularidad consiste en su pene, ¡con forma de sacacorchos!.

Ello le permite atornillarse literalmente a la hembra, cuya vagina tiene la forma adecuada para acoger tal extravagancia.

Hablar de penes de animales nunca ha resultado tan espinoso como cuando se alude al león.

Y es que el rey de la selva, polígamo donde los halla, cuenta con un pene "más que especial", con espinas en la punta. La función es quedar bien anclado durante la unión para permitir copulas sucesivas y estimular la motilidad espermática.

El más difícil todavía corresponde a los pulpos, ya que y según ha explicado a Efeverde López-Goya, utilizan uno de sus brazos modificados, conocido con el nombre de hectocótilo.

Tras un periodo de galanteo, ¡eso sí!, el macho se aproxima a la hembra lo suficiente para poder alargar su especialísimo apéndice y insertarlo bajo el manto de la hembra y así comenzar la tarea.

Pero en esto del amor animal, los simpáticos delfines se encuentran entre aquellos que saben hallar otras funciones a su aparato reproductor.

Resulta que este inteligente cetáceo tiene control prensil sobre su miembro viril, y lo puede usar como un apéndice sensorial con el cual sondear, por ejemplo, el fondo del mar.

Y volviendo al báculo del inicio, este biólogo explica que se trata de un hueso que se encuentra en el miembro de la mayoría de los mamíferos, más concretamente en insectívoros, roedores, carnívoros y la mayor parte de los primates. Su mágica función es permitir la penetración en ausencia de erección.