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Motel One-Barcelona: una opción necesaria y seductora

El grupo hotelero alemán no presume de muebles de roble o alfombras persas, sino de cubrir las necesidades de los huéspedes del siglo XXI

El Motel One se encuentra en el Passeig de Pujades 11-13, de la ciudad condal | Imagen cedida
El Motel One se encuentra en el Passeig de Pujades 11-13, de la ciudad condal | Imagen cedidalarazon

No cabe la menor duda de que España es un destino turístico que Motel One no podía obviar, por lo que abrió su primer establecimiento en Barcelona en febrero de 2018. Enfrente del emblemático y bello parque de la Ciudatella se levantó un edificio sobrio que da paso a un interior cautivador, en el que el buen gusto y el diseño vanguardista se dan la mano. Nada más traspasar la puerta, el magnético mural detrás del mostrador, obra en acuarela de la ilustradora barcelonesa Lara Costafreda, emula a un vergel que viene a ser la continuación de su vecino parque. Las lámparas Johnny B. Butterfly de Ingo Maurer parecen suspendidas en el espacio y son el complemento ideal para alumbrar la recepción. En la mesa de trabajo del «hall» que se extiende sobre un suelo de bellos mosaicos, los huéspedes se sientan a trabajar en un ambiente silencioso y agradable. Los sillones del «lounge» tienen el sello inconfundible de Patricia Urquiola, y las sillas son de las marcas italianas de diseño Moroso y B & B Italia. Las alfombras finas de Nani Marquina tampoco pasan desapercibidas ni el toque desenfadado y colorido de las Pet Lamp de Alvaro Catalán, cuyos cables nacen de un mismo tronco para terminar dispersándose y uniéndose cada uno a media botella de plástico pegada a un cesto de paja.

La diseñadora Anaís Senli ha combinado en el bar los azulejos en blanco y negro con formas orgánicas que recuerdan a la flora de la Ciudatella, decoración que continúa en la terraza del patio, un auténtico oasis urbanito, dando el «do» de pecho su azotea con vistas al parque, a los edificios de Barcelona y al mar. La ausencia de un restaurante tal y como se entiende habitualmente hace que la vida del motel sea ágil, ofreciendo a sus huéspedes un desayuno orgánico y energético, bebidas y bocadillos y la posibilidad de contar con un servicio organizado que está pendiente de sus necesidades. En este caso, y entre otros muchos atractivos de la capital catalana, las Ramblas, el Casco Antiguo o las novedades arquitectónicas del antiguo barrio industrial de Poblenou, colindante con Motel One Barcelona-Ciutadella, que hoy toma un nuevo impulso con el proyecto «22@», convirtiéndole en zona de negocios y de innmuebles al lado de la costa.

Dormir con mimo

De vuelta, espera una habitación con vistas al parque de la Ciutadella o a un patio luminoso, a la que no le falta ni le sobra nada. Luces colocadas estratégicamente para iluminar la estancia, un sillón de cuero Freifrau al lado de la lámpara de pie Artemide, el flexo para leer en la cama, los enchufes fundamentales para cargar los dispositivos, aromáticos geles en el baño y el placer de dormir entre sábanas de algodón egipcio.