Vino
Portia, una bodega de puertas abiertas
Un proyecto emblemático en la Ribera del Duero en el que se conjugan con éxito una imagen exterior llamativa, los buenos vinos, la cultura y una cálida acogida a los visitantes.
Un proyecto emblemático en la Ribera del Duero en el que se conjugan con éxito una imagen exterior llamativa, los buenos vinos, la cultura y una cálida acogida a los visitantes.
La entrada en el siglo XXI ha supuesto un gran revulsivo para el mundo del vino en España, alentado por los aires de bienestar económico que se respiraban en todo el país por aquel entonces. Hoy nos acercamos a conocer uno de los más espectaculares proyectos de esa época, que se hizo gozosa realidad en 2010: Bodegas Portia.
No parece un atrevimiento calificar a este proyecto como el más emblemático de la Ribera del Duero en estos momentos, contando además con todos los ingredientes necesarios para alcanzar una espléndida madurez. Sus primeros pasos datan de finales del siglo pasado, cuando los técnicos del grupo Faustino rastreaban las mejores parcelas de viñedo en el llamado Triángulo de Oro de la Ribera del Duero, una serie de pueblos situados en la margen derecha del río Duero, entre Aranda y Peñafiel.
Viñedo
Tras las arduas negociaciones con viticultores aferrados a su terruño que se pueden fácilmente imaginar, finalmente consiguieron reunir más de 130 hectáreas de viñas en las localidades de Roa, Sotillo y Gumiel del Mercado, que, junto a las plantadas en 2010 en torno a la bodega tras su inauguración, alcanzan las 160 hectáreas de viñas de las que se abastece la bodega actualmente.
Solventado el tema primordial (conseguir unas uvas excelentes) había que acometer el otro hito fundamental: la construcción de una bodega. Pero no cualquier bodega; debería ser diferente a todas, con una personalidad muy marcada y enfocada claramente a una política de «puertas abiertas», invitando a todo el mundo a acercarse al mundo del vino.
Por eso el primer paso fue elegir una ubicación de máxima visibilidad: el kilómetro 170 de la carretera Madrid-Burgos; a nadie que haya circulado por allí en los últimos años le habrá pasado desapercibido el edificio de esta bodega, ya que rebosa personalidad.
El «culpable» de ese diseño no es otro que el famosísimo arquitecto británico Norman Foster, uno de los dos o tres mejores del mundo en su gremio, a quien se dirigió la familia Martínez Zabala para hacerle un encargo inédito para él: una bodega. Corría el año 2006. No fue un acuerdo fácil, ya que ambos interlocutores disfrutan de una marcada personalidad, pero una vez puesta en marcha la maquinaria del equipo Foster & Partners, los británicos se embarcaron en la aventura –nueva para ellos– de entender cómo se elabora un vino y cómo darle al edificio una imagen rompedora sin sacrificar la eficiencia, buscando incluso mejorarla a través de las posibilidades que aporta el diseño. El resultado está a la vista. Ya corría el año 2010 cuando se inauguró la bodega.
En estos momentos Portia ha alcanzado su primera madurez. Ha confirmado su vocación de apostar al cien por cien por la uva tempranillo que tan bien conocen, dado el origen riojano de la familia Martínez Zabala, y han creado una gama de vinos razonable y completa: Roble, Crianza, Prima (un auténtico reserva) y Triennia, un vino de producción muy limitada que se obtiene a partir de las viejas viñas del pago Carronda.
Para disfrutar de los vinos de esta bodega de la Ribera del Duero seleccionados por Bodega Personal La Razón, puede llamar a los teléfonos 912 900 409 o 902 876 808.
Más información sobre esta promoción en nuestra página web www.bodegapersonal.es.
✕
Accede a tu cuenta para comentar