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Alemania desactiva una célula yihadista liderada por refugiados

Tres jóvenes que llegaron a Europa por los Balcanes esperaban la orden del Estado Islámico para atentar. La Fiscalía germana confirma que tenían vínculos con los islamistas que se inmolaron en el estadio de París el 13-N

La Policía traslada a uno de los terroristas ante la Corte de Justicia de Karlsruhe
La Policía traslada a uno de los terroristas ante la Corte de Justicia de Karlsruhelarazon

Tres jóvenes que llegaron a Europa por los Balcanes esperaban la orden del Estado Islámico para atentar. La Fiscalía germana confirma que tenían vínculos con los islamistas que se inmolaron en el estadio de París el 13-N

La Policía alemana detuvo ayer a tres refugiados sirios vinculados a la organización terrorista Estado Islámico (EI) y relacionados con losatentados de París. Los arrestos se llevaron a cabo al norte de Alemania tras meses de investigación en el contexto de una enorme operación antiterrorista, según anunció ayer el ministro del Interior germano, Thomas de Maizière. Los detenidos, haciéndose pasar por solicitantes de asilo, accedieron a Alemania a través de la ruta de los Balcanes en noviembre del año pasado, durante el punto álgido de la crisis migratoria.

La Fiscalía encargada del caso apunta a que el objetivo de los presuntos terroristas era «o bien llevar a cabo una misión en Europa, de la cual ya habían obtenido información, o bien esperar desde aquí instrucciones» de la organización terrorista. Especialmente alarmante resulta la existencia de evidencias que conectan a los sospechosos detenidos ayer con los suicidas de París que el pasado 13 de noviembre se hicieron explotar frente al estadio de fútbol Saint Denis. No sólo la ruta de entrada al continente había sido la misma –a través de Turquía y Grecia–, sino que los pasaportes falsos y documentos de viaje que portaban procedían del mismo lugar.

«No existían planes concretos de atentado», afirmó el ministro, que considera que los sospechosos componían una «célula durmiente», un grupo que sin fechas determinadas ni planes específicos aguardaba una señal para efectuar posibles actos terroristas. De Maiziére explicó que había decidido llevar a cabo la detención ayer, «en el momento preciso», para evitar poner en riesgo a la población. «En ningún momento de la investigación han estado los ciudadanos en peligro», puntualizó ante la inquietud de los ciudadanos alemanes.

Los arrestos, fruto de una operación en la que han participado más de 200 agentes de la Policía criminal alemana y la unidad especial antiterrorista GSG 9, tuvieron lugar en la región de Schleswig-Holstein, un «land» que en el último año ha acogido a cerca de 62.000 solicitantes de asilo. Durante las redadas policiales en los albergues de refugiados y apartamentos de los detenidos se encontraron los falsos documentos de identidad que la Fiscalía cree que fueron facilitados por el EI, miles de dólares americanos y varios teléfonos móviles de alta gama con sistemas de comunicación protegidos.

Al menos el más joven de los tres supuestos yihadistas, Mahir Al-H., de 17 años, había recibido entrenamiento para el manejo de las armas y explosivos durante septiembre de 2015 en Raqa (Siria), feudo de EI. Al igual que a los otros dos detenidos, identificados como Mohamed A., e Ibrahim M., se le acusa de un delito de pertenencia a un grupo terrorista extranjero.

Varios equipos policiales germanos llevan meses trabajando para identificar a los extremistas que puedan haber utilizado las rutas migratorias habituales para infiltrarse en Europa. El Ministerio del Interior reveló recientemente que en estos momentos en Alemania se estiman en 520 las personas que podrían estar vinculadas al EI, si bien este recuento también incluye acusaciones falsas o confusiones. En la actualidad, hay 60 procedimientos abiertos contra refugiados con nexos a organizaciones terroristas. Si se ratifican los resultados de esta investigación, estaríamos de nuevo ante un grupo de extremistas que, como ocurrió con algunos de los autores de los atentados de Bruselas y París, han aprovechado el descontrol de la crisis migratoria europea para acceder al continente. Rescatando la advertencia de la canciller Angela Merkel, De Maizière volvió a pedir ayer que «no se pusieran a todos los refugiados bajo sospecha», puesto que la gran mayoría no simpatizan con el terrorismo. Pero el rechazo hacia el inmigrante creció notablemente en Alemania desde que en julio tuvieran lugar una serie de ataques sucesivos, dos de los cuales fueron reivindicados por el Estado Islámico.

A pesar de que Alemania no ha sufrido hasta el momento ningún atentado terrorista a gran escala, el Ministerio del Interior ha advertido en varias ocasiones que el país no está exento de la amenaza terrorista y nadie ignora que la seguridad interior es uno de los temas que más preocupa al Ejecutivo germano. La detención efectuada ayer en Schleswig-Holstein no es la primera de este tipo que se lleva a cabo en suelo alemán. El pasado mes de junio, la Policía desarticuló una célula terrorista formada asimismo por un grupo de refugiados sirios que tenían planes avanzados de atacar de forma masiva en Düsseldorf. Al estilo de París, pretendían atentar en el casco histórico de la ciudad mediante una serie de atentados sincronizados.