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“Pensar que podían mutilar a una de mis alumnas me generó miedo y ansiedad”

Mediante la firma de los padres en un compromiso de prevención, se puede evitar la mutilación en el país de origen

La primera vez que una de sus alumnas viajó a Mali -su país de origen- de vacaciones, no pudo dormir, tuvo ansiedad. El riesgo de que sometiesen a la niña a una mutilación genital era muy alto. “Cuando volvió, abría la puerta de su clase para ver si sonreía” confiando en que eso fuese una señal de que no había pasado.

Se llama Gonzalo Ballesteros y es, desde hace siete años, director del colegio público César Cabañas, en Recas, una pequeña localidad toledana de poco más de 4.000 habitantes. El 30% de ellos son inmigrantes procedentes de Marruecos y Mali. “Un porcentaje que en mis alumnos se eleva al 80 %”, precisa.

Con motivo del 6 de febrero, Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, cuenta en una entrevista con Efe que, hace tres años, Médicos del Mundo se puso en contacto con él para decirle que un centenar de las alumnas de su colegio, las procedentes de Mali de entre 3 y 12 años, estaban en riesgo de ser mutiladas si iban de vacaciones a sus países y era necesario actuar.