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Descubren el origen de los misteriosos anillos de hielo del lago Baikal

Las grietas han formado un hermoso laberinto en la superficie del lago más antiguo y profundo del mundo, en la montañosa región rusa de Siberia

Descubren el origen de los misteriosos anillos de hielo del lago Baikal
Descubren el origen de los misteriosos anillos de hielo del lago BaikalTurismo World

Una imagen desconcertó a los científicos hace poco menos de un año. Un laberinto formado por extrañas grietas aparecieron en la superficie helada del lago Baikal, en Siberia (Rusia). Una investigación determinó que en realidad son anillos de hielo que pueden llegar a tener hasta siete kilómetros de diámetro. Desde el primer momento se desataron todo tipo de teorías. La mas extendida es que estaban formados por brotes de metano, pero los científicos la descartaron porque algunos de los anillos se formaron en zonas poco profundas en las que no hay emisiones de gas conocidas.

Entonces, ¿cuál es la verdadera causa de estos misteriosos anillos? El lago Baikal es el más antiguo, profundo y la mayor fuente de agua dulce del mundo. Bajo la superficie helada forman una serie de remolinos de agua “cálida” que hacen girar el agua en el sentido contrario a las agujas del reloj. Estos chorros de agua cálida son los verdaderos causantes de los llamativos anillos de hielo, informa la agencia de noticias Sputnik. Sin embargo, el centro de los remolinos típicamente presenta las corrientes menos fuertes, lo que explica por qué los centros de estos anillos todavía retienen hielo excepcionalmente grueso.

Un equipo internacional de investigadores de Francia, Rusia y Mongolia realizó varios agujeros en el hielo y colocaron sensores en el agua. Estos sensores determinaron que la temperatura del agua en los remolinos era de 1 a 2 grados centígrados más caliente que el agua que le rodeaba y que los remolinos tenían forma de lente, algo extraño en los lagos, pero que es habitual en los océanos.

La gruesa capa de hielo permite cruzarlo por encima y es una zona de paso habitual. Es una manera de recorrer 40 kilometros, en lugar de los 400 necesarios para hacerlo por tierra. El problema es que las zonas en las que hay anillos pueden ser verdaderamente peligrosas y puede representar un riesgo, sobre todo, para los vehículos más pesados.