Gastronomía
Los camareros explican el error “americano” que los españoles cometemos antes de comer
El ritual previo a la cena que en Italia es sagrado, pero que en España muchos interpretan de forma equivocada
En España, la cultura del aperitivo está profundamente arraigada a nuestras raíces, pero a veces, este se desvirtúa de su esencia. Mientras que en Italia es un ritual casi sagrado para abrir el apetito antes de la cena, en muchas ocasiones en España se convierte en una excusa para beber sin control o para comer raciones demasiado copiosas que restan protagonismo al plato principal. Pero, ¿estamos realmente cometiendo un error o simplemente reinterpretamos esta costumbre a nuestra manera?
El aperitivo: mucho más que una copa antes de la cena
En Italia, la tradición del aperitivo no es solo un hábito gastronómico, sino un arte que combina las bebidas ligeras con pequeños bocados diseñados exactamente para estimular el apetito sin saciarlo por completo. Mientras tanto, en España, es común ver a personas que "confunden" este concepto con una sesión de copas antes de la cena o con una tapa abundante que puede desplazar la comida principal.
El error español: de aperitivo a pre-cena desmesurada
Los camareros que han trabajado en ambos países coinciden en que la diferencia radica en la selección de bebidas y en la cantidad de comida servida. Mientras que en Italia se opta por cócteles más equilibrados como el Aperol Spritz o el Campari con soda, acompañados de frutos secos o aceitunas, en España es habitual ver mesas repletas de raciones copiosas de croquetas, calamares y embutidos, lo que transforma el aperitivo en una cena anticipada.
El asesor de bar español Carlos Ruiz señala que este fenómeno responde a una diferencia cultural. En Italia, el aperitivo es un preámbulo ligero, mientras que en España muchas veces se convierte en una ocasión social donde la comida gana protagonismo sobre la bebida.
Un error de ritmo y cantidad
Otro de los errores más comunes en España es la rapidez con la que se consume el aperitivo. Mientras que en Italia se disfruta con calma, como un momento de relajación y socialización antes de la comida, en muchos lugares de España se convierte en un trámite acelerado que rompe la armonía entre la bebida y el alimento. Además, muchas veces se opta por bebidas demasiado dulces o fuertes, alejándose del equilibrio amargo y refrescante que caracteriza al aperitivo italiano.
Según el asesor gastronómico Giuseppe Gallo, el objetivo del aperitivo es estimular el apetito sin saturar el paladar. La preferencia por bebidas más dulces o combinaciones con alto contenido alcohólico en España hace que este concepto se distorsione, perdiendo su función original.
La filosofía del aperitivo
El secreto de un buen aperitivo radica en la armonía entre los sabores y en la moderación. Las bebidas elegidas suelen tener un toque amargo y refrescante, que estimula el paladar sin saturarlo. Por eso, licores como el Campari, el vermút o el Aperol son los más habituales entre los italianos. Además, se sirven con hielo y, en muchos casos, con un toque de soda o prosecco para aligerar la mezcla.
Acompañar la bebida con los alimentos adecuados es igual de importante. En Italia, los aperitivos se sirven como un temptempié que complementan los sabores sin competir con ellos. Por el contrario, en España, la tendencia a pedir tapas más pesadas, como croquetas, calamares o embutidos en grandes cantidades, hace que el aperitivo deje de ser un paso previo a la cena y se convierta en una comida en sí misma.
Para la escritora gastronómica Marisa Huff, la clave del aperitivo perfecto es la sencillez: bebidas equilibradas, ingredientes de calidad y bocados ligeros como almendras, patatas fritas o quesos curados. En su opinión, el problema en España es que muchas veces los aperitivos son tan contundentes que acaban sustituyendo la cena en lugar de complementarla.
Adoptando la tradición sin perder la esencia
No se trata de abandonar la tradición española, sino de reinterpretarla con más equilibrio. Incorporar a nuestra vida la filosofía del aperitivo italiano puede ser un gran desafío, pero también puede ayudar a mejorar la experiencia gastronómica sin renunciar al tapeo tradicional. El director de bebidas "Rosebud", Vince Vecchio, resume esta idea como el aperitivo es un momento de interacción social, no solo una excusa para beber.
La clave está en elegir bien la bebida, acompañarla con algo ligero y, sobre todo, disfrutarla sin prisa. Como dicen los italianos, "piano, piano" (despacio, despacio), porque el verdadero placer está en saborear el momento antes de que comience la cena.