Animales
Una experta canina elogia a una mujer que no paseó a su perro durante 9 meses
La mayoría de personas cometen un error dentro de la relación con sus mascotas, al priorizar sus preferencias por encima de las de los animales
No es ningún secreto que una de las mejores actividades que podemos realizar si tenemos un perro como mascota es disfrutar de un buen paseo. Ya se trate de dar la vuelta a la manzana o planificar una ruta, momentos como estos refuerzan la relación con nuestro animal de compañía, haciendo que se sienta seguro y protegido. Lamentablemente, existen casos en los que un solo error puede hacer que el esfuerzo realizado sea en vano.
Gabby Lawrence, una vecina de la localidad inglesa de Bedforshire, narraba hace unos meses al periódico británico Mirror la historia de Rogue, la perra de rescate que adoptó en plena pandemia para hacerle compañía a Jasper, su labradoodle. En un tiempo tan convulso e incierto, Gabby pensó que lo mejor que podía hacer para que Jasper no se desanimara era añadir un miembro más a la familia.
La naturaleza y el entorno marcaron su futuro a medio plazo
Los primeros meses con Rogue en casa se desarrollaron con normalidad, pero como su dueña explicó al ya citado medio, el segundo confinamiento que se llevó en Reino Unido (finales de 2020), afectó severamente a la pequeña. Rogue tuvo su primer ciclo de celo durante los seis meses que pasó encerrada, lo que la hizo más sensible a su entorno.
"Desarrolló un miedo profundo a todo lo que se movía", confesó Gabby. Sin embargo, este miedo alcanzaría su cénit en 2022, mientras paseaba a Rogue por una zona tranquila de Bedforshire. Justo nada más oír a un perro ladrar con intensidad, este se abalanzó sobre Rogue. Si bien consiguió separarlos, la perra sufrió una herida bastante desagradable en una de sus costillas.
Al día siguiente, inesperadamente, otro perro muy parecido se le acercó. El miedo ya se había convertido en algo habitual en el comportamiento de Rogue, y desde aquel día Gabby decidió que dejaría a sus perros haciendo ejercicio en el jardín, para que pudieran disfrutar del aire libre sin ningún tipo de peligro. "Tenían alfombrillas para olisquear y lamer, escondía trocitos de comida y les enseñaba trucos", relató.
Intentando volver a la normalidad
Tras nueve meses sin sacar a pasear a su mascota, Gabby decidió que era el momento de que esta se acostumbrara poco a poco a volver a vivir con cierta normalidad. Eso sí, desde entonces siempre ha intentado que el paseo no se adapte a sus preferencias, sino a las de Rogue. "Es muy importante escuchar lo que tu perro necesita. [...] Depende de sus necesidades", opinó.
Niki French, adiestradora canina y propietaria de PupTalk, ayudó a Gabby y a Rogue a volver a esa rutina que tan imposible parecía recuperar. "Los perros en libertad no caminan en línea recta, al mismo ritmo. Merodean, trotan, caminan, corren, se detienen bruscamente y vuelven en círculos para olfatear algo sorprendente", comparte la experta, a la hora de explicar en que la rigidez de la rutina no aporta nada positivo al bienestar del animal.
"Algunos perros no tienen la habilidad necesaria para disfrutar de paseos relajantes. Y exponerlos constantemente a aquello con lo que tienen problemas no suele servir para que se acostumbren. Lo único que se consigue es reforzar sus reacciones y que adquieran el hábito de reaccionar", asevera. De esta manera la confianza puede convertirse en la mejor amiga de nuestra mascota.