América Latina
A la caza de Nicolás Maduro
Desde que su cabeza tiene precio, se han incrementado las amenazas en contra del presidente venezolano, según anunció “son ataques directos de EE.UU y Colombia”
La tentadora suma de 15 millones de dólares ofrecidos por la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, por la cabeza del presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha desatado el interés de muchos caza recompensas. El anuncio que fue hecho público hace más de un mes, y hasta el momento ha provocado dos atentados en contra del mandatario.
El último de estos hechos, lo dio a conocer el propio Maduro al inicio de la semana, en su reporte, informó de la captura de dos estadounidenses junto con otros 11 hombres que presuntamente organizaron un ataque armado a Venezuela con la finalidad de asesinarlo.
Asimismo, en su Maduro mostró los pasaportes y identifico a los presuntos agresores como Airan Berry y Luke Alexander Denman, quienes son unos supuestos “miembros de la seguridad” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En otro punto de la ciudad, a unos 30 kilómetros al norte de la capital venezolana, se realizaron más operaciones especiales con el fin de reducir amenazas. Como resultado, las autoridades anunciaron la detención de al menos ocho personas que intentaron invadir la localidad costera de Macuto.
Ante el hecho, Maduro acuso directamente a Estados Unidos y Colombia, que según él “tenía pruebas" de que ambos países apoyaron y financiaron la fallida incursión. Según el presidente no es la primera vez que es atacado, y en un comunicado oficial del Gobierno venezolano, responsabilizó a Washington y Bogotá, por ser sus “provocadores” durante sus siete años de gestión.
La denuncia sobre la incursión del domingo fue desestimada por Guaidó, quien dijo en un mensaje de su cuenta de Twitter que las autoridades “buscan confundir y sembrar evidencias” mientras “ignoran” un motín en el que perecieron al menos 46 reclusos y los enfrentamientos armados entre bandas en una barriada del este de la capital.
La oposición negó tener relación con la empresa de seguridad Silver Corp. o su representante, que ha sido vinculado con la frustrada incursión militar, señaló un comunicado que difundió la oficina de prensa del también jefe de la Asamblea Nacional.
EL FALLIDO PASO DE EX BOINA VERDE
Otro de los mercenarios que iba directamente por la cabeza de Maduro fue ex boina verde Jordan Goudreau. Según explicó, AP, la televisión estatal venezolana transmitió del oficial, quien dio a conocer el día lunes que estaba trabajando con los dos hombres en una misión lanzada el día anterior con la que se pretendía “liberar” a Venezuela.
Goudreau dijo que los hombres formaban parte de una supuesta misión llamada “Operación Gedeón” lanzada el domingo antes del amanecer, en la que se pretendía llegar en botes a la playa, sin embargo, este intento de ataque fue combatido por las fuerzas de Venezuela.
Goudreau ha dicho que firmó un contrato con el líder opositor venezolano Juan Guaidó para derrocar a Maduro, algo que Guaidó ha refutado. El líder opositor dijo que no tenía nada que ver con la incursión del domingo.
Goudreau señaló que Guaidó nunca cumplió el contrato, pero el ex boina verde siguió adelante con la operación con sólo 60 hombres, incluyendo los dos veteranos estadounidenses.
Entre ellos estaba el capitán Antonio Sequea, de la Guardia Nacional, que participó en una revuelta en un cuartel contra Maduro hace un año. Goudreau dijo que Sequea era un comandante que trabajaba con él en el terreno en Venezuela.
EE.UU. SE DESENTIENDE
El presidente Donald Trump dijo el martes que Estados Unidos no tuvo nada que ver con la frustrada incursión marítima en Venezuela que dejó 16 detenidos, entre ellos, dos estadounidenses que han sido acusados de actuar como “mercenarios”, agrietando aún más las tirantes relaciones entre Caracas y Washington.
El Departamento de Estado reiteró que Estados Unidos no está involucrado en el caso y acusó a Maduro de lanzar una “campaña de desinformación” para distraer la atención de un evento reciente, citando un motín que ocurrió el pasado viernes en una cárcel del centro del país que dejó al menos 46 muertos y decenas de heridos.
“Nada debe tomarse al pie de la letra cuando vemos la distorsión de los hechos”, dijo un portavoz del Departamento de Estado en un comunicado, y agregó que el gobierno venezolano está utilizando el caso para “justificar un mayor nivel de represión”.
En medio de una pandemia, en Venezuela se agravan los problemas sociales y políticos que, según expertos, podrían hundir más la situación del país. Tanto Maduro como de Trump, continúan protagonizando una rencilla con ataques y acusaciones verbales, ya que hasta el momento no se ha comprobado otro tipo de responsabilidades.
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