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Una plataforma web permitirá hacer un mapa del acoso callejero en Sevilla

Sólo el 10% de las mujeres denuncia los ataques obscenos que ha sufrido, según la iniciativa «Safer Cities for Girls»

Una joven en una de las calles de la capital andaluza donde funciona este mapa contra el acoso callejero. La plataforma web también está establecida en otra ciudades españolas como Barcelona o Madrid y en las belgas Charleroi, Amberes y Bruselas.
Una joven en una de las calles de la capital andaluza donde funciona este mapa contra el acoso callejero. La plataforma web también está establecida en otra ciudades españolas como Barcelona o Madrid y en las belgas Charleroi, Amberes y Bruselas.larazon

«Avísame cuando llegues», «no vuelvas sola», «¿te acompaña alguien?», «te paso mi ubicación por lo que pueda pasar»... Son frases escuchadas a diario y sirigidas especialmente a las mujeres. El acoso callejero es una lacra con la que conviven mujeres de todo el mundo. Si bien las palabras y miradas obscenas son el pan de cada día, lo cierto es que –aunque no se contemplan datos oficiales– cuatro de cada cinco chicas reconocen haber sufrido estas situaciones, según la ONG Plan International.

Para reducir estas cifras, esta organización y la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) han puesto en marcha «Safer Cities for Girls», una iniciativa para identificar las zonas de mayor riesgo a partir de la percepción de seguridad registrada por mujeres, que cuenta además con el apoyo de la Comisión Europea. En ciudades como Bruselas, Charleroi, Amberes, Barcelona, Madrid y Sevilla, las chicas entre 15 y 25 años podrán compartir sus ubicaciones y experiencias a través del mapa de cada ciudad con el objetivo de recopilar datos y extraer resultados sobre cada calle. En esta web, las mujeres –de forma anónima– podrán seleccionar la calle concreta en la que hayan sucedido los hechos y responder a una serie de cuestiones sobre la seguridad o sus vivencias, además de poder aportar alternativas de seguridad. No se pretende conocer la localización exacta y temporal de las chicas, sino materializar en qué zonas ocurren estas situaciones con más frecuencia. Una vez recopilados los datos sobre estas denuncias a través del «crowdsourcing» o la participación colectiva, la UOC procederá a su estudio con el objetivo de proponer medidas a las instituciones para mejorar la seguridad.

De este modo, se contribuirá a la creación de una «planificación de la ciudad con perspectiva de género que tenga en cuenta a las mujeres» para que se sientan «libres y seguras». Así lo explica Lara Martínez, directora de Incidencia Política de Plan International, quien entiende que la «única solución» es la «sensibilización y la educación». Medidas como la simplificación de las denuncias, la redistribución de la planificación urbana, la toma de decisiones sobre el diseño de las ciudades, la participación en la adopción de medidas o la formación en materia feminista a los trabajadores municipales serían «claves» para paliar esta «problemática». No es una web para «identificar calles problemáticas» ya que el objetivo no es «estigmatizar las zonas», destaca Martínez, sino generar en colaboración con los ayuntamientos una red para que el acoso no impida «el disfrute de las mujeres del espacio público». Según datos extraídos por la UOC a partir del proyecto piloto, sólo el 10% denuncian ante la policía. «Lo más preocupante es que la sociedad viva con normalidad que las chicas sean acosadas a diario», lamenta esta experta, quien asegura que «el sistema legal en particular no se está poniendo en la piel de las víctimas». Esta semana se dio a conocer la nueva ley de Libertad Sexual que tipifica por primera vez en España el acoso callejero. Nuestro país será el sexto de Europa que reconozca este tipo de opresión hacia las mujeres. Sin embargo, la penalización con multas y prisión pone en cuestión que la ejecución del Código Penal sea el remedio contra estos males.

Para Martínez, desde el 2014 que entró en vigor esta ley en Bélgica, «no se ha demostrado que esto haga que acosen menos». En su opinión, uno de los factores que condiciona su regulación es que la transformación social subyace en los estereotipos de género y el machismo. La portavoz de la ONG califica de «error» que «estemos poniendo el foco en las chicas y no en los chicos», provocando que el cambio en las conductas se produzca en ellas al preguntarse «¿por qué yo como chica no puedo hacer lo que cualquier ciudadano?» .