Sanidad

Técnicos de emergencia de las ambulancias: de la precariedad laboral a combatir el coronavirus con mascarillas “de papel” y un “mareo” de instrucciones

Afirman que antes del estallido de la crisis del Covid-19 abundaban en el sector privado los contratos en prácticas y reclaman más medios de protección para que no se los tengan que “echar a suerte”

En la imagen, varias ambulancias que operan en la comunidad andaluza
En la imagen, varias ambulancias que operan en la comunidad andaluzaManuel Olmedo

Son los primeros en la cadena asistencial y temen ser “un foco de infección del coronavirus”, verbaliza J. S., un técnico de emergencias sanitarias, “lo que comúnmente se conoce como conductor de ambulancias”, traduce. Estos días, al igual que sus compañeros, no sólo asiste a “los pacientes a los que les ha dado un ataque al corazón o con procesos de otras enfermedades comunes”, sino también a “los afectados por el coronavirus”. Y lo hacen a menudo, denuncia, “sin los equipos de protección necesarios y con falta de información sobre lo que nos vamos a encontrar”. A ratos les invade la incertidumbe, reconoce.

Desde otro punto de la geografía andaluza S. R. explica a LA RAZÓN que “la situación laboral” de esos técnicos que trabajan en el sector privado “ya era precaria” antes del estallido de la crisis provocada por el Covid-19. Aporta un argumento para sostener su afirmación: asegura que en la comunidad ha florecido durante los últimos cinco años el técnico de emergencias sanitarias con un “contrato en prácticas” en el sector privado. Esto implica que esos profesionales “cobran sólo el 60 por ciento del salario normal, aunque desarrollen las mismas tareas” que los que tienen otra categoría laboral superior. Desde esa situación de partida han tenido que afrontar el mayor riesgo que ha “disparado” el coronavirus, “como le ha sucedido a todos los trabajadores sanitarios”, admite.

Coincide con J. S. en que las empresas “no están proporcionando todas las EPI necesarias” y relata que “hay zonas en las que se ha distribuido” entre estos técnicos de emergencia “una sola bata de las verdes de plástico, que son el equivalente a bolsas de basura” que ellos “deben decidir cuándo utilizarla, sin saber si te van a reabastecer”, critica. Se queja también de la falta de “gafas” protectoras y de que “casi la totalidad de las mascarillas” que les han dado sean “quirúrgicas”, las cuales dejan de ser efectivas en determinadas condiciones ambientales. J. S. apunta en relación a ese elemento de protección que “las hay de papel” y que en algunos casos, “si operan dos personas en la ambulancia, se tienen que echar a suertes quién usa el material, al haber sólo una bata o una mascarilla”, desliza.

Otra cuestión que preocupa a este colectivo es el hecho de que “casi ninguna empresa limpia los uniformes de forma centralizada” y son los propios trabajadores los que, cuando terminan la jornada, “se los llevan a casa para desinfectarlos”.

J. S. pide que no se use la pandemia como pretexto y confirma que, “aunque esté escrito en los papeles cómo actuar en situaciones de contacto biológico”, categoría en la que encuadran al Covid-19, la realidad ha demostrado que “no se estaba preparado”.

D. L. presta servicios en el 061, “la empresa pública de emergencias”, y narra que, en su caso, “sí estaban formados” para combatir a peligros biológicos y que cuentan en sus ambulancias con un “equipamiento superior al de los sanitarios de los hospitales”, que abarca monos completos y mascarillas con filtro, sobre todo, gracias al ébola. De lo que se queja es del “mareo” que les está produciendo el cambio continuo de instrucciones. Asevera que cuando explotó la crisis del coronavirus comenzaron a usar el mencionado material hasta que se lo “prohibieron” porque les transmitieron que “creaban alarma social”. Les repartieron “batas normales”, si bien ahora se “los han vuelto a autorizar”. Está medianamente tranquilo, ya que les han garantizado "EPI para un par de semanas”, pero pide que se aclaren con “el procedimiento” y las “recomendaciones” sobre si deben o no, por ejemplo “tirar o limpiar la mascarilla”.

Todos ellos se muestran compresivos, ya que saben que "la sociedad está inmersa en una cosa nueva”, condensa J. S., si bien advierten a las autoridades competentes de que “mientras menos inseguridad” tengan ellos, más tranquilidad traspasarán a los enfermos que atienden y que ven en ellos el primer auxilio que necesitan.