Coronavirus

Cuatro errores en una crisis de la que mejor salir "poco a poco” para evitar el quinto: las “tensiones” sociales

Un profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública apunta a la falta de material y de test, las “contradicciones” con las mascarillas y un insuficiente “papel” de la Atención Temprana, como los principales problemas frente al Covid-19. Aboga por un desconfinamiento por zonas “lento y suave”

Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), Joan Carles March
Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), Joan Carles MarchLa Razón

En cuestión de días se han armado vidas confinadas. Se ha hecho al mismo ritmo que, de puertas para fuera, se afrontaba la gestión de una pandemia inédita. En ese contexto, para el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), Joan Carles March, es “normal” que se hayan producido “errores” y haya habido dificultades. Un “problema importante”, a su juicio, ha sido “la inexistencia de EPI -equipos de protección individual- para los profesionales sanitarios, lo que ha hecho que el número de infectados haya sido tan alto”. Si bien, matiza que, “probablemente”, hayan influido otros factores como el que “no todos tuvieran la formación suficiente para realizar una correcta higiene de los materiales”, o que el coronavirus “llegara antes de lo que se pensaba”.

Sobre el confinamiento sostiene que, visto “a posteriori”, si se “hubiera iniciado" con anterioridad, "hubiera sido mejor”, pero puntualiza que, “en aquel momento”, en el que se decidió optar por esa medida, “no era fácil verlo”. A la falta inicial de “materiales de apoyo” suma “las contradicciones que ha habido alrededor de las mascarillas”. “Las hemos sólo recomendado, siguiendo el consejo que daba la Organización Mundial de la Salud (OMS) -hilvana-, mientras se veía que en Corea o en China todo el mundo las llevaba. Esto ha generado confusión”, lamenta, para apostillar que “tiene sentido” que se utilicen "para protegerse y proteger a otros”.

Señala un tercer elemento que podría haber condicionado la gestión del coronavirus: “Los test". "No hay suficientes tampoco y, si se hubieran hecho en un momento inicial, nos hubieran servido para discriminar quién tenía que hacer aislamiento y quién no, o quién era asintomático y quién no, con lo que éstos no hubieran infectado a más gente”, anota.

El profesor considera además que, “en algunas comunidades, no se ha dado suficiente papel a la Atención Primaria, a los médicos y enfermeras de los centros de salud” y piensa que, hacerlo, hubiera permitido que “disminuyera lo que llegaba a los hospitales”.

Al margen del pasado y con la vista puesta en lo que queda por delante, invita a avanzar “poco a poco”. “España tiene un número de afectados y una tasa de personas muertas por habitantes muy alta, por lo que necesitamos no ir más de prisa de lo recomendable”, expone. Y recalca: “Por tanto, calma”. Entiende que todas las provincias tal vez no hayan de “empezar al mismo tiempo la desescalada”. “Hay algunas”, amplía, “en las que el número de casos es muy pequeño y por ellas podría abrirse el proceso, pero con cuidado porque si alguien ve que el de al lado puede salir a hacer lo que quiera y él sigue encerrado, se generará tensión”. Apuesta por que el desconfinamiento sea por zonas, pero recalca que la clave es que ha de hacerse de forma “lenta y suave” para evitar movimientos hacia “dónde dejen salir”.

Reconoce que le “preocupan” dos colectivos: “El de las personas mayores y el de los enfermos crónicos”, puestos ambos, dice, “en el disparadero” en estas semanas de zozobra. “Si padeces una enfermedad crónica y eres estricto en las medidas higiénicas, de medicación y control, no tienes por qué tener muchos más problemas que cualquier ciudadano de a pie”, asevera. Aboga por que “se cuide” de esos grupos sociales “desde la Atención Primaria” y tiene claro que habrá que “hacer un replanteamiento de cómo es y cómo debe ser el proceso de atención en las residencias”. “Se ha demostrado que tienen mucho de hotel y poco de trabajo sanitario", que cuentan con “pocas enfermeras” y más "auxiliares de cuidados ‘turísticos’”, condensa, para hacer notar que “se han tenido que rehacer formas de organización de las residencias sobre la marcha”.

Otra de las lecciones que para March se pueden extraer de lo sucedido es “que el mundo tan globalizado es un desastre”. Se explica: “Ser tan dependientes de un país como China, o incluso de gente que ha utilizado esta pandemia para enriquecerse o para vender productos en mal estado como ha pasado, forma parte de un mundo globalizado que habrá que repensar”. A su parecer, se debería impulsar “una producción más propia”, una “industria local” estratégica, y “no pensar que todo se soluciona con lo que llega del sudeste asiático”, que en este caso había sido golpeado también por el Covid-19.

Y más a corto plazo, estima que es recomendable saber “si hay mucha gente inmunizada o no y si esa inmunidad es definitiva o no porque, si no lo es, tendremos un problema en unos meses. Aunque el proceso de salida sea lento, la gente va a juntarse más y volverá a ser fácil que nos contagiemos”, remata.