Coronavirus

El Gobierno insiste en una veda tres meses al año en verano para la pesca de arrastre afectando gravemente a 100 barcos andaluces

La desescalada coincide con un brusco descenso del precio de algunas especies como la merluza, el gallo y el rape en primera venta y un aumento del consumo de pescado en los hogares

Imagen de archivo de un barco faenando
Imagen de archivo de un barco faenandoLa RazónLa Razón

Desde el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación se sabe que “la plataforma pesquera de Andalucía es tan estrecha que de ponerse esa veda, muchos barcos no podrán faenar esos meses y tendrían que amarrar a puerto”, aseguró Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, FNCP. “Además, el Reglamento dice que el año que viene hay que proponer otras zonas de veda, entonces no entendemos nada, las propuestas no sirven y nos ponen las de 100 metros y el año que viene nos van a pedir más zonas… ¿Dónde vamos a pescar?”, indicó. “No vamos a poder pescar”, según Otero. Según el presidente de la FNCP, las zonas de cierre pesquero debe ser por espacios temporales propuestas por el sector y en las que se detecten alevines y como “queremos proteger nuestro futuro, proponemos que se cierren durante algunas fecha al año, y no la veda de los 100 metros”, pero “no sabemos por qué no las aceptan y el Ministerio nos obliga a realizar la veda de 3 meses de los 100 metros”, afirma Otero.

“Hay un cambio un modelo de gestión tradicional en el Mediterráneo a uno nuevo basado en días de actividad, que nos parece bien al sector, pero lo que no nos parece es que estos días en el primer año se reducen un 10% y ello a pesar de la grave reducción del número de barcos que ha habido en el arrastre del Mediterráneo y en especial en Andalucía”, concluye Basilio Otero.

El levantamiento parcial de los ERTE da un respiro a los empresarios para afrontar la vuelta a la “normalidad”, siempre que se prorrogue más allá del Estado de Alarma, añadió.

El relevo de las tripulaciones sigue amenazado por la falta de test de detección, sin que el sector obtenga permiso del Gobierno para comprarlos directamente. Las expectativas del sector pesquero a corto plazo se apoyan en la inminente apertura del canal Horeca, que potenciará la venta de mariscos y pescados Premium, y la flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) más allá del Estado de Alarma –asunto que está abordando en este momento la mesa del diálogo social­­–, para que el rescate de los trabajadores se produzca progresivamente y conforme se vayan recuperando los niveles de actividad tanto en el mar como en los mercados y tiendas minoristas.

Los responsables del Comité de Crisis del sector, integrado por la Confederación Española de Pesca (Cepesca), la Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados (Fedepesca) y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP), consideran que solo garantizando la flexibilidad laboral se podrá proteger tanto el futuro de las empresas de la cadena como el de sus trabajadores.

Empieza a llegar cada vez más pescado a España desde Irlanda y Escocia que tenía como destino Francia, donde ahora se da prioridad a sus capturas

El inicio del plan de desescalada decretado por el Gobierno ha coincidido con un brusco descenso del precio de la merluza, el gallo o el rape en primera venta, que en las grandes superficies no se está trasladando al precio de venta al público. Esta caída de precios responde en gran medida a la entrada en España de pescado procedente de Irlanda y Escocia, cuyo destino habitual es Francia, país que durante la pandemia está dando prioridad a su producto nacional.

El Comité de Crisis anima a los consumidores españoles y a las empresas de distribución a apoyar a nuestras flotas comprando pescado capturado por buques españoles, legal, sostenible y saludable. En este sentido, cabe reseñar el aumento del consumo de pescado en los hogares que, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha crecido un 25,8% en lo referente al congelado y un 21,4% al producto fresco, en comparación con la misma semana de 2019. Así, por segunda semana consecutiva, el pescado fresco obtiene incrementos de consumo superiores al 20% desde el comienzo de la crisis.

Sin test para las tripulaciones

Actualmente, los pescadores salen a faenar sin otras medidas de protección que las que proporcionan de manera particular armadores, tripulantes y los propios trabajadores, y lo hacen tanto por su compromiso de abastecimiento a la población –que continúa garantizado–, como para seguir contando con ingresos para el pago de plantillas e impuestos.

En lo que se refiere a los minoristas, una de sus principales preocupaciones es la ausencia de ayudas oficiales a aquellas empresas –pymes y autónomos en buena parte– cuyas pérdidas no alcancen el 75% de la facturación. Muchas de estas empresas registran caídas de ventas de entre el 30% y ese 75% límite, con lo que pierden su rentabilidad, y tienen que seguir pagando sus cuotas de autónomos. La noticia positiva es que junto al reseñado aumento del consumo de pescado en los hogares, la mayor variedad de especies que se incorpora a la cesta de la compra. Así, entre los productos más demandados esta última semana figuran las habituales: merluza, lubina, dorada y salmón, y se abren paso el boquerón, la sardina, la gamba y el bonito canario, señalaron desde el sector.