Turismo

La “resurrección” del turismo rural en la pandemia

En apenas dos semanas los alojamientos en casas de la provincia de Córdoba se están agotando para todo el verano a pesar del coronavirus

turismo rural de Córdoba
El Cortijo Los Mármoles, situado en el paraje natural de Los Mármoles, en CórdobaSalasAgencia EFE

La pandemia mundial y los dos meses y medio de confinamiento no le han sentado nada mal al sector del turismo rural, que afronta una “resurrección” hasta tal punto de que en apenas dos semanas los alojamientos en casas de la provincia de Córdoba se están agotando para todo el verano.

Si en el sur de la provincia de Córdoba ya se habla de prácticamente un cien por cien de ocupación, en el norte, que recoge las comarcas del Guadiato y Los Pedroches la situación está ahora entre el 70 y el 80 por ciento, pero las previsiones son la de colgar igualmente el cartel de "no hay locales".

La razón del resurgir de este tipo de turismo como ocurrió aproximadamente hace 20 años es muy sencilla. El turismo de playa y chiringuito se ha complicado con el covid-19 en cuanto a turistas extranjeros y los nacionales aún notan cierto miedo o respeto a viajar, por lo que se han vuelto las miradas hacia el interior.

Durante los 11 primeros meses de 2021 las pernoctaciones en establecimientos extrahoteleros aumentan un 57,6% respecto al mismo periodo del año anterior
Durante los 11 primeros meses de 2021 las pernoctaciones en establecimientos extrahoteleros aumentan un 57,6% respecto al mismo periodo del año anteriorSalasAgencia EFE

Se trata, por el momento, de un turismo muy cercano, casi en su totalidad originario de la provincia de Córdoba, pero ya se puede hablar de un tipo de turista rural más amplio, andaluz, para pasar luego al procedente ya de otras comunidades autónomas más cercanas.

"Nosotros somos la España profunda, no la de los tiempos oscuros, sino la actual; la desconocida, la pacífica y tranquila, la natural... Ésa que asombra al visitante desde el primer momento", explica a Efe, Francisco Linares, propietario de la casa rural "El Coronel" en Fuente Obejuna.

Pero a eso hay que añadir la gran labor de difusión a través de las redes sociales que se ha realizado. "Nos hemos puesto en ese sentido las pilas ahora", explica Linares, quien reconoce que no siempre ha sido así, quizá al pensar erróneamente que las cosas se venden solas.

Las casas rurales abrieron desde el primer momento en que la desescalada se lo permitió y, si bien al principio la gente llamaba para un fin de semana o para una tarde a fin de celebrar un cumpleaños, ahora se ha dado un vuelco de 180 grados y el que menos ha alquilado por una semana.

"No es para menos; no nos merece la pena el palizón de desinfectar durante tres a cinco horas de arriba a abajo y de dentro a afuera, contratando a una empresa especializada, cada vez que hubiera un cambio de cliente", Francisco Linares.

"Hasta ahora las casas rurales servían para pequeñas escapadas y ahora estamos hablando de que se están usando como vacaciones de verano con un mínimo por cliente de siete días a quienes se ofrece una garantía absoluta de desinfección total", explica igualmente a Efe Catalina Molina, técnico en Turismo de la Mancomunidad de la Subbética.

Desde la Mancomunidad se organizó un curso formativo, impartido por Cayetano Ureña Zafra, experto en proyectos de calidad turística y formación y galardonado en 2019 como el mejor agente nacional, para unos 80 empresarios, quienes plantearon todas sus dudas y salieron mucho más tranquilos y preparados para la nueva situación.

El resultado está a la vista ya que en Rute se está al completo, salvo por algunos días sueltos; en Carcabuey las casas rurales con piscina no tienen plazas, mientras que en Almedinilla están completas las casas con piscina y hay alguna disponibilidad en las que no tienen.

También los empresarios han estado avispados, ya que a medida que se acercaba la temporada alta optaron por cancelar las reservas de extranjeros y abrirlas a los nativos, salvo en Iznájar, donde se vive una situación particular por la cantidad de clientes foráneos que tienen y que están todavía dudando lo que deben hacer.

Los empresarios saben que no se trata de explotar la gallina de los huevos de oro sino de hacerla más atractiva de cara a próximas épocas vacacionales, ya que "esto corre como la pólvora con el boca a boca y hay que tener satisfechos a los clientes".

Por ello, en opinión de Linares, una vez que pase por completo la pandemia y los políticos tengan espacio en la cabeza para algo más que el coronavirus, "nos tendremos que sentar con ellos a plantearles muy seriamente lo que creemos necesario para que el turismo rural no decaiga y convierta a la provincia de Córdoba en un generador nato de pernoctaciones".

Y todo ello con el objetivo de que esta “resurrección” del sector sea una tendencia en el futuro y no sólo en un “pico coyuntural a causa de una pandemia”.