Tribuna

Reflexiones estivales sobre el mercado inmobiliario andaluz

“Indicadores como visados de proyectos, licencias de obra y concesiones de préstamos promotor, prueban que, si sigue el viento de popa, nos permitirán divisar pronto niveles similares a los de años de bonanza del sector”

El mercado inmobiliario y la construcción están resistiendo la pandemia
El mercado inmobiliario y la construcción están resistiendo la pandemiaAYUNTAMIENTO DE SEVILLAAYUNTAMIENTO DE SEVILLA

En estas fechas, con la canícula estival poniendo a prueba nuestra capacidad de conciliar el sueño, no nos equivocamos si afirmamos que el mercado inmobiliario y la construcción andaluzas gozan de una salud que ya quisieran otros sectores.

Indicadores como visados de proyectos, licencias de obra y concesiones de préstamos promotor, prueban esta afirmación que, si sigue el viento de popa, nos permitirán divisar pronto niveles similares a los de años de bonanza del sector. Estudios técnicos, promotoras, constructoras e inmobiliarias vuelven a presentar ratios notables en residencial, dotacional privado, terciario u hotelero. Incluso el industrial y la obra de urbanización están dando muestras de clara recuperación.

Hay un responsable principal de esta mejoría: la activación de la demanda. El relevo generacional, en las zonas urbanas y el cambio de preferencias hacia espacios más amplios en la periferia y en zonas rurales, propiciado en gran medida por la pandemia y el teletrabajo, son sus detonantes. Sin olvidar la capacidad de ahorro acumulado en determinados segmentos, incrementado en la pandemia, y la escasez de otros productos de inversión con rentabilidades atractivas, que está impulsando el sector residencial y también el hotelero o las residencias de estudiantes.

Tampoco olvidemos las buenas perspectivas económicas en Andalucía que auguran un crecimiento del gasto y la inversión de las empresas, motivadas entre otros por las políticas incentivadoras de la Junta de Andalucía, tanto fiscales como en ayudas directas. Sus efectos ya son visibles en la edificación industrial y terciaria, y en la reactivación de proyectos de urbanización para la localización de empresas e industrias.

Este escenario nos obliga también a «hacer los deberes» para el próximo curso: construir edificios y urbanizaciones eficientes energéticamente y sostenibles, que el proceso constructivo genere las mínimas emisiones de CO2 y otros residuos, reforzar la conectividad de los edificios o dotar suficientemente los garajes de cargadores de vehículos eléctricos.

En el «to-do» destacaría también la necesidad de desbloquear la aprobación de la reforma de la LOUA, lo que dotaría a los operadores de mayor flexibilización, agilidad y eficacia en la tramitación de los planes generales.

Para los más jóvenes, debemos encontrar fórmulas que les facilite la adquisición de viviendas, bien en alquiler o en propiedad. Me consta que la Junta de Andalucía está trabajando concienzudamente en implementar un plan eficaz. Y, en el lado de la construcción, existe escasez de profesionales cualificados para los distintos oficios y para afrontar los nuevos procesos y técnicas constructivas; aquí tiene un bonito reto la formación profesional de Andalucía.

Septiembre se vislumbra como la continuidad y confirmación del buen rumbo marcado. Pero no debemos dormirnos en los laureles; hay que perseverar en mejorar y así desterrar algunos de los estigmas que han acompañado al sector inmobiliario, ya que se trata de uno de los principales motores de nuestra economía.

*Joaquín Martín es Asociado Senior del área de Real Estate de EY Andalucía.