Agricultura

Las escasas lluvias hacen saltar las alarmas de la sequía en el sector agrícola

Los pantanos están al 30% y los agricultores auguran un otoño complicado por el déficit hídrico

Las escasas precipitaciones están poniendo jaque a la agricultura andaluza
Las escasas precipitaciones están poniendo jaque a la agricultura andaluzaEUROPA PRESSEUROPA PRESS

El campo andaluz abasteció a los hogares durante el confinamiento y, ahora que vamos recuperando espacios económicos y de convivencia cuando la pandemia retrocede, aflora un problema recurrente y no menos grave que la crisis de precios o el nuevo marco de la Política Agraria Común: la ausencia de agua. Las alarmas han saltado en el sector por la escasez de lluvias. El verano suele ser bastante seco en la comunidad autónoma, pero durante la primavera apenas cayeron precipitaciones y las previsiones no son nada halagüeñas de cara al otoño. «La arboleda está al límite y los cultivos anuales también. Como el otoño y el invierno no sean lluviosos vamos a tener una situación bastante complicada», asegura a LA RAZÓN Ricardo Serra, presidente de Asaja-Andalucía.

Las cifras de agua embalsada dan muestra del panorama desalentador. El conjunto de los pantanos andaluces registran 3.525 hectómetros cúbicos de agua almacenada, el 31,57 por ciento de su capacidad, según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica. Es un 5,43 por ciento menos de agua respecto a la misma fecha del año pasado, cuando se contabilizaron 4.133 hectómetros cúbicos. Los embalses de la cuenca del Guadalquivir son los que están en una situación peor, al 28,8 por ciento de su capacidad, mientras que los de la Cuenca Mediterránea están al 41,5 por ciento.

Serra apunta que las altas temperaturas de este verano han hecho mella en la aceituna y remarca que la dotación de agua al regadío se redujo a la mitad, por lo que estas producciones se están viendo seriamente afectadas. El algodón y los cítricos, por ejemplo, también están muy perjudicados por la escasez de agua. «El panorama es duro y la perspectiva realmente preocupante».

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ya auguró que cuando acabe la campaña, en septiembre u octubre, «vamos a estar en una situación grave» y abrió la posibilidad de activar el decreto de sequía. Una herramienta que Serra ve con buenos ojos si trae consigo bonificaciones fiscales. «Los agricultores quieren disponer de agua suficiente para tener una campaña medio normal», apunta, además de sugerir otras medidas como la rebaja del IBI. «Hemos vivido con precariedad y, a pesar de eso, hemos mantenido el sistema vivo. El problema es que afrontamos un año complicado».

El presidente de Asaja-Andalucía echa la vista atrás y recuerda una serie histórica en la que la sequía golpeó con fuerza al campo, con consecuencias también en el consumo doméstico. «El año 1991 fue muy duro y también el 92, pero con la Expo se enmascaró. Luego, el 93 y el 94 fueron malísimos». Este último año llegó a ver «el Guadalquivir, a la altura de la presa de Cantillana, tan bajo que se podía cruzar andando». En el 95 llovió mucho y «de alguna manera recuperamos la situación». Ahora venimos encadenando tres años con escasez de precipitaciones y el campo da muestras de agotamiento.

La ley establece que, en caso de sequía, prima el consumo humano y, por tanto, baja la dotación para el regadío. «Todavía no hay restricciones para el uso doméstico, pero no estamos tan lejos de eso», advierte, además de subrayar que «la vida de muchos pueblos depende de la agricultura de riego». «Estos cultivos generan mucha riqueza y mano de obra. Sin agua esos pueblos están literalmente sentenciados».

Un decreto andaluz que ahonda en la previsión

Reducir los riesgos y garantizar el abastecimiento. Bajo estas dos premisas nació el pasado mes de junio el decreto que regula los indicadores de sequía hidrológica y las medidas excepcionales para la gestión de los recursos hídricos en la comunidad autónoma, elaborado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. De esta manera, la norma establece los criterios de entrada y salida en situación de sequía prolongada y excepcional. Además, permite la adopción de acciones singulares de ordenación y protección de los recursos hídricos en caso de sequía. Otro aspecto relevante es la definición de obras extraordinarias para hacer frente a situaciones excepcionales. Junto a ello, la Ley de Aguas de Andalucía también contempla aspectos y herramientas para hacer frente a situaciones de ausencia de precipitaciones. En este caso son la Comisión de Gestión de Sequía y los Planes Especiales de Sequía.