Sociedad
La pobreza afecta a 2,6 millones de andaluces, a la espera del «efecto covid»
La Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza advierte del empeoramiento de las condiciones de vida en su último informe: «Hay dramas tremendos. A ver cómo vamos a dar respuesta a eso»
El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se celebra el domingo con previsiones nada halagüeñas en Andalucía: el 35,1% de la población de Andalucía está en riesgo de pobreza o exclusión social, un índice que aumenta al 56% en caso de hogares monoparentales con hijos. Así lo recoge el XI informe «La pobreza que llega» de la Red Andaluza de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-A), una radiografía del estado de la pobreza en la comunidad entre 2008 y 2020.
Esos datos contundentes, referidos a la situación económica previa a la pandemia de la covid-19, mejoran en dos puntos a los publicados el año pasado, pero esconden la realidad de las consecuencias de la crisis social derivada del coronavirus. Esto sucede porque la tasa de pobreza del Informe Arope se basa siempre en la Encuesta de Condiciones de Vida que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), recopilados a final del año pasado pero referentes a 2019. El «efecto covid» se conocerá definitivamente cuando se realice la misma encuesta en los dos próximos años. Pero un avance de ello son las cifras referidas a la privación material severa, calculadas, estas sí, sobre 2o2o: en cuatro de los seis parámetros medidos la situación ha empeorado. El retroceso alcanza los niveles negativos de 2015, cuando las consecuencias de la crisis financiera alcanzaron su cénit.
Según el informe hecho público por EAPN-A, cuatro de los seis ítems analizados han aumentado respecto al ejercicio previo. Eso significa que hay más familias que no pueden pagar su casa (un 53% más), que sus ingresos no les alcanzan para vivir (en total, un 14,8%) o muchas familias que no pueden comer carne o pescado cada dos días (41 más de afectados) ni mantener la casa a una temperatura adecuada (le ocurre al 6%, un 131% más). En esos cálculos no se notaría aún el impacto de las subidas sucesivas del precio de la luz sufridas este año, que suponen una dificultad añadida al incrementar ostensiblemente la factura. «La carencia material severa augura un empeoramiento de la situación en Andalucía, a pesar del esfuerzo de administraciones públicas y privadas por paliar necesidades coyunturales», reconoce el presidente de EAPN-A, Juan Luis Delcán, que alerta de que esa «respuesta social» no será suficiente para contener los envites de la pandemia. «A las entidades sociales nos llegan todos los días familias que no tienen para pagar luz, el agua...», relata como ejemplo de la emergencia diaria a la que se enfrentan por la falta de ingresos suficientes incluso en hogares donde sus integrantes trabajan. «Hay personas que cuentan con empleo o perciben una pensión y se encuentran en el umbral de la pobreza», describe Delcán como una de las consecuencias más evidentes de la precarización del mercado laboral, que afecta más allá de los 800.00 desempleados que hay en Andalucía, según la EPA de septiembre. Y aporta un dato significativo: «de los 1,5 millones de pensionistas andaluces, un 47,5% cobra menos de 688 euros al mes», muy por debajo del salario mínimo interprofesional. La nota distribuida por la EAPN-A destaca que la tasa de pobreza es del 28,5%, la tercera más alta de España, y supone que 2,4 millones de andaluces son pobres. La inestabilidad del mercado laboral provoca que el 13,5 % de la población menor de 60 años residente en Andalucía viva en hogares con baja intensidad de empleo (se trabaja menos del 20% del tiempo que podría hacerlo) y es la tercera comunidad con la renta más baja de todo el país, con 14.958 euros, solo superada por Extremadura y Murcia. El porcentaje de personas con contratación temporal sobre el total era del 32% en 2020, siete puntos por encima de España, según datos de la Oficina Estadística Europea (Eurostat). En ese sentido, apuntan a la desigualdad de género existente, reflejado en que las mujeres asalariadas cobran 4.153 euros menos de media al año que los hombres, lo que supone una brecha salarial del 29,1%. Además, más de la mitad de las andaluzas (56,8%), más de 900.000, trabajan por debajo del salario mínimo interprofesional.
«Hay dramas tremendos», se lamenta Delcán, que teme «el desastre que se nos presenta. A ver cómo vamos a dar respuesta a todo eso». Para frenar los efectos, reclama «políticas concretas y efectivas» alejadas de las que se activaron en la anterior crisis, «basadas en recortes y que no eran efectivas». Recuerda que la caída financiera provocó un efecto dominó en la sociedad cuya peor cara emergió siete años después, en 2015, y tras la covid-19 la crisis social se ha desatado en menor tiempo.
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