Sociedad

Bodas de plata con 10 hijos: «La fe no vende pero ayuda a sacar adelante a la familia»

Los Castillo Cobos conforman un matrimonio malagueño que representa un caso de superación

Los Castillo Cobos en una foto de familia con sus integrantes
Los Castillo Cobos en una foto de familia con sus integrantesLa RazónLa Razón

Juanjo Castillo y Visitación Cobos conforman un matrimonio malagueño que representa un claro ejemplo de superación: con diez hijos en su haber, acaban de celebrar sus bodas de plata, después de años de muchas penurias económicas que han ido «solventando» gracias a la fe y a valores como el esfuerzo, la perseverancia o el tesón, así como a las ayudas que han ido recibiendo de distintas entidades. No en vano ella, que se dice «ama de casa feliz, dedicada a sus labores», reconoce que «hemos vivido años de verdadera angustia» desde que Juanjo se quedase en paro en el año 2008.

En aquel momento y ante la imposibilidad de encontrar acceso en el mercado laboral, decidió adentrarse en la Universidad de Málaga donde se pudo licenciar en Historia del Arte siete años después, «que no fueron moco de pavo», reconoce Visitación. Pese a la obtención del título, la familia hubo de «subsistir» sin apenas recursos económicos, hasta que hace tres años opositó y aunque no obtuvo plaza, sí consiguió «meter cabeza» como profesor de Secundaria en Geografía e Historia. Finalmente el pasado verano volvió a presentarse a la convocatoria y ya obtuvo su plaza definitiva, lo que ha supuesto para la familia «un alivio perpetuo».

Los Castillo Cobos en una foto en la comunión de uno de sus miembros
Los Castillo Cobos en una foto en la comunión de uno de sus miembrosLa RazónLa Razón

Fueron años muy duros hasta entonces en los que Visitación reconoce que no le faltaron ganas de tirar la toalla: «Yo tenía que procurar que hubiera silencio en casa», para que el progenitor pudiera concentrarse en sus estudios.

A día de hoy, esos ya seis niños y cuatro niñas, tienen entre veintitrés y cuatro años, y continúan viviendo en el hogar familiar con la formación como telón de fondo: la mayor, prepara oposiciones; la segunda, estudia un Master tras graduarse en Filología, el tercero cursa Psicología; cuarto y quinto están en la etapa de Bachillerato; sexto y séptimo estudian Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO); octavo y noveno, Enseñanza Primaria Obligatoria (EPO); y el más pequeño de la casa, está en infantil.

Una vez que Juanjo se quedó en paro llegó la hora de «solicitar ayudas económicas, porque la situación, entonces con seis hijos, empezaba a complicarse a gran velocidad». Entre ellas, y gracias a la Parroquia de San Patricio y Cáritas, «tuvimos contacto con unas ayudas de Caixa Proinfancia que nos salvaron la vida».

Esas ayudas económicas suponían un respiro no sólo a nivel doméstico, sino que daban cobertura a la participación de alguno de sus hijos en diferentes campamentos: «Para mí eran las mejores vacaciones, cuando tenía sólo cuatro o cinco niños en casa».

Juanjo Castillo y Visitación Cobos
Juanjo Castillo y Visitación CobosLa RazónLa Razón

En la actualidad, y con la situación económica encarrilada desde hace varios años, «tenemos un ritmo de vida normal, cotidiano», subraya Visitación para relatar que «nos vamos levantando escalonadamente, porque cada uno tiene un hora y un ritmo distinto». Una vez que todos han abandonado el domicilio conyugal, «yo me quedo en la casa haciendo mis labores; y he de decir que estoy encantada, siempre me ha gustado ser ama de casa, y tener cubiertas todas las necesidades de cada uno de los miembros de la familia».

La familia vuelve a reunirse a la hora de la comida, que suele basarse en «grandes ollas que preparo con lentejas, garbanzos o purés», que sirven de principal sustento en el almuerzo. Todo, obviamente en grandes cantidades que requieren de copias compras que se materializan «a través del mejor invento que ha existido en los últimos años: la compra a domicilio».

En 2008, el padre quedó en paro: «Hemos vivido momentos de angustia»

El ambiente es «muy familiar y colaborativo» en el hogar, toda vez que «los niños desde pequeños están acostumbrados a recoger su ropa, hacer sus tareas, ir ayudando al que va por debajo en edad, no es tan complicado». Se da la circunstancia además de que «se llevan estupendamente todos, se quieren mucho, y aunque tienen a veces rencillas y se chinchan, en el fondo tenemos muy buen ambiente». «¿Si hay peleas para ver la tele? Pues normalmente el que coge el mando es el pequeño, es el rey de la casa, pero se le manda a la cama y se acaba el problema».

Con todo, se emociona al resaltar que “son niños buenos, nobles, que respetan a sus padres, y aunque nos enfademos porque regañamos sobre todo a los adolescentes, están muy contentos con la familia que tienen». Preguntada sobre qué consejo daría a aquellas familias que se vean en la situación dramática que ellos pasaron, subraya que «es fundamental no venirse abajo, pedir todas las ayudas habidas y por haber, y llamar a todas las puertas posibles: ese ha sido nuestro camino y nos ha funcionado».

Juanjo y Visitación celebraron el 6 de diciembre sus bodas de plata en la malagueña Iglesia de San Patricio, «que celebramos con la misma ilusión que el primer día». El secreto: «Que cada uno ponga su parte de esfuerzo y tesón para conseguirlo, porque la convivencia no siempre es fácil, y surgen a menudo problemas que hay que ir sorteando». Y, en ese camino, emerge la fe, que, como Visitación reconoce, «no vende pero a mí me ha ayudado a sacar adelante a mi familia en los momentos más difíciles».

Según la matriarca de los Castillo Cobos, “Dios también pone de su parte, y en nuestro caso ha contribuido a que a día de hoy siga mirando embelesada a mi marido”.

En este punto, reconoce que “muchas veces me han entrado ganas de abrir la puerta e irme, pero la fe ayuda a mantenerte en calma, y no salir huyendo”, e insiste: “la fe no vende, pero es la experiencia que tenemos”.

CAIXA PROINFANCIA

El proyecto CaixaProinfancia busca romper la línea de transmisión de la pobreza de padres a hijos y fomentar la igualdad de oportunidades y, para ello, se dirige a la infancia en situación de pobreza económica y vulnerabilidad social, con el fin de promover y respaldar su desarrollo de forma integral, favoreciendo y apoyando para ello las políticas de mejora de la equidad y la cohesión social.

Durante el curso 2020-2021 han sido atendidos en Málaga 7.089 niños y niñas y 3.787 familias. No en vano, en la capital costasoleña son 27 las entidades colaboradoras que desarrollan el programa Caixa Pro Infancia: Accem, Amappace, Arrabal, Demeter; Fundación Don Bosco; EAPN-Andalucía; Colegio Ntra. Sra. del El Pilar; Asociación Eo Eo, Asociación Mangas Verdes, Fundación Secretariado Gitano; Fundación Héroes; Fundación Diocesana Santa María de la Victoria, Colegio San Juan de Dios la Goleta, Hogar Abierto, Incide, Infania, Inpavi, Málaga Acoge, Mies, Misioneras Cruzadas de la Iglesia, Naim, Prodiversa, Colegio San Manuel, Colegio Santa Luisa de Marillac, Trans y Centro Educativo Secundaria Trinitarias.

Las áreas de actuación en Málaga son un total de 13: Puerto de la Torre- Asperones, San Andrés - La Paz; Bulto - San Patricio - Huelin; Bailén - Miraflores; La Corta; Casco Histórico; Cruz Verde – Molinillo - Ollerías; Trinidad - Perchel; Palma Palmilla; Campanillas; Este; Ciudad Jardín (Mangas Verdes); y Cruz de Humilladero.