"El bloc"
Descontando semanas
“Juanma Moreno reiteró su propósito de estirar el calendario hasta donde dé”
Con una inusitada antelación de dieciocho meses, Elías Bendodo anunció durante la primavera pasada que las elecciones autonómicas serían el 27 de noviembre del recién estrenado 2022, esto es, cinco días antes de cumplirse el cuarto aniversario de los anteriores comicios: el último domingo disponible en el almanaque sin recurrir a las triquiñuelas jurídicas que facilitaron la permanencia de Griñán en 2012. Pretendía el virrey malagueño que eso tan manido de «agotar la legislatura» adquiriese tintes literales, sonora pedorreta para quienes auguraban brevedad al denominado gobierno del cambio en vísperas de la investidura o a los que, sobre todo en sus filas y en las de sus futuros aliados, han presionado hasta las lindes de lo mafioso para forzar un adelanto. Si a los mandarines junteros les diese mañana mismo el avenate de disolver el Parlamento regional, cosa harto improbable, no votaríamos hasta bien entrada la cuaresma: con apenas veintitantas semanas de anticipación sobre la fecha canónica. Si esperan a ver cómo le va a Mañueco en Castilla y León, que le irá entre muy bien y arrasando, nos pondríamos en las vísperas de verano para que el curso político 22/23 se inaugurase, no sólo en este profundo Sur sino en toda España, con un ejecutivo de derechas –monocromático o bicolor– aprobando unos presupuestos al paso de la oca sin que el vaticinio del consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior hubiese sido demasiado desencaminado. En su «Aló» previo a la Nochevieja, granadino y tabernario, Juanma Moreno reiteró su propósito de estirar el calendario hasta donde dé. Las prisas son para los ladrones, los malos toreros y los líderes nacionales en busca de afianzamiento. Él no tiene prisa por mandar al paro a sus socios tan leales.
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