Pandemia

La salvación de las terrazas de los bares

Los permisos para ampliar las mesas en la calle por la Covid-19 se mantienen en Sevilla o Córdoba. Cádiz y Málaga los eliminaron en octubre

Terrazas de bares llenas en el centro de Sevilla
Terrazas de bares llenas en el centro de SevillaMaría José López

Nunca antes de la pandemia las terrazas de los bares habían estado tan cotizadas. Tras el confinamiento y durante los momentos de mayores restricciones era casi imposible encontrar un hueco libre en ellas. Para los hosteleros han sido las finas redes de salvación que los han librado de caer en el abismo de una quiebra segura. Los ayuntamientos reaccionaron rápido ante el momento crítico, relajando las estrictas regulaciones sobre los veladores y permitiendo su ampliación o la instalación de mesas extra en plazas de aparcamientos, parques o espacios públicos que, de no ser por el covid, jamás hubieran podido ocupar.

Ahora que parece que la pandemia afloja definitivamente, esta permivisidad empieza a no estar justificada. De hecho, hay dos capitales en las que esa «belle époque» del terraceo terminó en el mes de octubre: Cádiz y Málaga eliminaron las ampliaciones cuando pasaron al nivel cero de alerta sanitaria, que establece la Junta y que permitió la caída de la quinta ola. En el caso de la Tacita de Plata no fue un gran impacto porque tampoco hubo mucha ampliación. Como explica el presidente de sus hosteleros, Antonio de María, la fisionomía tan particular de Cádiz, con sus calles estrechas y placitas recoletas, no permitió en ningún momento ganar espacio para los mesas de los bares. De sus alrededor de cuatrocientas licencias apenas sí hubo alguna ampliación anecdótica. También fue en el mes de octubre cuando fueron retiradas en Málaga, donde el Ayuntamiento había permitido doblar el espacio ocupado por estas mientras se cumplieran los límites de aforo y distanciamiento. El número de ampliaciones tramitadas superó las trescientas. Aunque la cifra de establecimientos con veladores es mucho mayor en la capital malagueña, donde más de 33.000 personas viven de la hostelería, no todos cumplían con los requisitos para este permiso y esas fueron suprimidas en octubre. En estos dos casos el proceso fue de acuerdo con sus respectivos ayuntamientos y sin mayor problema.

Dos mujeres sentadas en la terraza de un bar cordobés
Dos mujeres sentadas en la terraza de un bar cordobésRaul CaroAgencia EFE

El caso de Sevilla y Córdoba es diferente. En ambas ciudades se mantienen todavía las ordenanzas municipales que permiten esas ampliaciones. En Córdoba, sus cerca de novecientos locales disfrutan de esas extensiones reguladas en función del tamaño de la terraza, el espacio disponible y las mesas con las que contaban antes de la llegada del coronavirus. A los hosteleros cordobeses se les ha permitido ocupar parques, jardines y hasta el otro lado de la acera donde se encuentre el bar. Y de momento va a seguir así mientras continúe la emergencia sanitaria. Aparte de suponer un alivio para sus hosteleros, que en septiembre y octubre alcanzaron cifras pre pandemia gracias al turismo nacional, también ha supuesto un beneficio para los vecinos. Así opina el presidente de la patronal hostelera cordobesa, Francisco de la Torre, quien detalla que al separar más las mesas, se ha evitado la alta concentración de personas y con ello las molestias y ruidos que tenían que padecer los residentes.

Sevilla es la que más concienzudamente ha regulado el asunto de los veladores, quizás porque ya arrastraba problemas de superpoblación de terrazas que han provocado en el pasado tiranteces entre los hosteleros y el Gobierno de la ciudad. De hecho, desde el año 2014 no hay una regulación firme acordada entre empresarios y Consistorio. Valga como ejemplo las mesas de la terraza de la famosa confitería La Campana, que desaparecieron poco antes de que estallase la pandemia y precisamente gracias a ella han vuelto. Durante todo el año 2021 el Ayuntamiento aplicó una reducción del 50 % en el pago de las tasas por mesas y sillas y la exención completa de la tasa de basuras. Esas medidas fiscales han desaparecido en 2022, pero no así el permiso para ocupar espacios antes prohibidos.

La particularidad de Sevilla es que para ello se han usado plazas de aparcamiento en las calles, ubicadas en plataformas. Son un total de 55 los permisos expedidos para ellas y, de nuevo como en el caso cordobés, también han traído beneficios. El hecho de poner las terrazas en los huecos para los coches ha aliviado las estrecheces en las aceras que provocaban, en muchos casos, las dificultades para transitar de los peatones. También como en Córdoba, de momento no hay planes de retirarlas hasta que el virus permita volver a una cierta normalidad. La salvación en una terraza, si eso no es poético que venga Bécquer y lo vea.

Un camarero pide certificado a los clientes en una mesa en la terraza de un bar en Málaga
Un camarero pide certificado a los clientes en una mesa en la terraza de un bar en MálagaÁlex ZeaEuropa Press