Medidas
Ponen en marcha un servicio de apoyo a víctimas de trata en pequeños pueblos de Granada
Tratar el problema poniendo el foco en el género y la vulnerabilidad
La Diputación de Granada, junto a la Fundación de Solidaridad Amaranta, ha puesto en marcha un servicio de apoyo para la atención a mujeres víctimas de trata y explotación sexual y ofrecer acompañamiento a profesionales de centros y servicios en pueblos con una población menor a 20.000 habitantes.
La diputada de Igualdad, Mercedes Garzón, ha explicado este lunes que la trata de seres humanos supone una profunda violación de los derechos, de la dignidad y de la libertad de la persona y constituye una forma de delincuencia grave, que en la mayoría de las ocasiones implica a organizaciones delictivas.
“Este atentado contra los derechos de las personas ha adquirido enormes dimensiones, siendo la trata con fines de explotación sexual una de sus expresiones más crueles y denigrantes, y la forma de trata de mayor magnitud en nuestro país”, ha apuntado.
En este caso, las mujeres y niñas suponen la mayor parte de las víctimas por lo que resulta fundamental tratar el problema poniendo el foco en el género y la vulnerabilidad para mejorar la identificación y asistencia a las víctimas.
El propósito de este servicio es derribar las barreras que impiden a las víctimas de trata y explotación sexual ejercer sus derechos y, para ello, se facilitará el acceso a la información y la derivación a los recursos especializados de atención social, psicológica y jurídica.
Para la diputada, cualquier medida tomada debe garantizar el ejercicio de los derechos de la víctima por encima de cualquier otra pretensión, para asegurar el cumplimiento de este objetivo es necesario optimizar los recursos para garantizar la atención especializada, así como promover la coordinación institucional que mejore la información, asistencia y protección.
La Diputación cuenta con la colaboración de la Fundación de Solidaridad Amaranta, que durante años ha acompañado a mujeres en situación de prostitución y a víctimas de trata de seres humanos, una posición que les ha permitido detectar y conocer de primera mano los retos de estas situaciones sociales.
También poner en marcha buenas prácticas y respaldar el trabajo de profesionales que se encuentran en pequeños municipios, ofreciéndoles apoyo y rompiendo el aislamiento, ha señalado Garzón.
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