Despedida
Maeztu fija su marcha tras dos intentos fracasados de relevo
El Defensor del Pueblo andaluz agotará su segundo mandato en 2024 y pide ser sustituido por una mujer
Llegó al cargo en 2013 por acuerdo de todos los grupos del Parlamento de Andalucía y lo dejará en septiembre de 2024 tras cumplir dos mandatos y sendos intentos de relevo que no fructificaron. Jesús Maeztu acaba de anunciar su despedida como Defensor del Pueblo Andaluz, por edad –pronto cumplirá 80 años– y porque su segundo mandato –de cinco años cada uno– llega a su fin. Su ciclo en esta institución ha terminado tras una larga trayectoria vinculada a la defensa de los derechos sociales, de las minorías y del servicio público.
Catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad de Sevilla, ex sacerdote y Medalla de Andalucía en 2010, fue Comisionado del Polígono Sur desde 2003 a 2013, una de las zonas más deprimidas de la capital hispalense que todavía arrastra graves problemas de pobreza, desempleo y delincuencia. Maeztu ha sido una voz autorizada ante los representantes políticos, ha sabido detectar los problemas de la sociedad andaluza pero, en muchas ocasiones, ha predicado en el desierto ante una Administración que tiene sus propios mecanismos de interlocución social. Nadie ha negado los problemas sobre los que ha puesto el foco, pero la operatividad de la institución se ha diluido a pesar de las reuniones mantenidas con innumerables colectivos y los informes anuales.
Maeztu estaba en funciones cuando se produjo el histórico cambio de gobierno en Andalucía a comienzos de 2019, quedando el PSOE en la oposición tras casi 40 años de hegemonía socialista. Fue entonces cuando se produjo el primer intento de relevo del Defensor del Pueblo. PP, Ciudadanos y Adelante Andalucía pactaron en un principio el cambio en esta institución. Esta última formación propondría al sustituto. Este extremo se incluía en un acuerdo más amplio que permitió, entre otras cuestiones, desbloquear la renovación de los cargos de la Radio Televisión Andaluza (RTVA). Sin embargo, no hubo consenso en torno al sustituto y PP y Ciudadanos respaldaron su continuidad otros cinco años. Maeztu se lo pensó y aceptó.
El otro intento, más soterrado, tuvo lugar tras la mayoría absoluta cosechada por el PP en junio de 2022. Ciudadanos se quedó fuera de juego en el tablero andaluz –no consiguió representación parlamentaria– y el nombre de su líder, Juan Marín, sonó para sustituir a Maeztu, quien defendió que su cargo expiraba en 2024.
Ahora, el Defensor del Pueblo habla abiertamente de su adiós. En la presentación de los actos del 40 aniversario de la institución, Maeztu pidió a los grupos parlamentarios que elijan a una persona «con sensibilidad, empatía, autoridad moral y prestigio» frente a la Administración, «más que a una persona con carrera». Además, no ocultó su deseo de que fuera una mujer su sustituta.
Tal y como aseguró, la persona que le sustituya «debe tener unas condiciones personales muy especiales y estar preparada para aguantar el dolor e incluso para no poder dar soluciones a veces». «Cuando termino la gente se me abraza porque hemos tenido ‘feeling’, pero como no lo tenga esto es una oficina más». La celebración del 40 aniversario de la defensoría andaluza tiene como lema «No asumir como normal lo inaceptable». La efeméride tendrá como acto central un encuentro el próximo 1 de diciembre de todos los defensores del pueblo del país con la presencia de diferentes administraciones. Maeztu mostró su interés en que «haya tantas autoridades y tantos poderes para decirles que cuiden esta institución, que no es una institución normalita, no es una más, es una institución que de alguna manera mejora el poder». «Nuestro poder no es coercitivo, es de persuasión, de convencimiento, de buenas resoluciones».
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