Sequía

«Vivimos bajo la dictadura del terror jacobino ecologista»

En quince años no se ha ejecutado "ni una de las presas previstas" en la planificación hidrológica, según los regantes. Un plan de balsas mejoraría la garantía de agua en sólo tres años

GRAFAND8856. BENACAZÓN (SEVILLA), 14/02/2024.- Cientos de agricultores, convocados por las organizaciones Asaja, COAG, UPA y Cooperativas agroalimentarias, han cortado este miércoles la Autovía A49 Sevilla-Huelva a la altura de Benacazón (Sevilla) en protesta por la "grave situación" que atraviesa el campo. EFE/ Julio Muñoz
Los agricultores cortan los principales accesos a Sevilla por carreteraJulio MunozAgencia EFE

Las protestas de los agricultores y ganaderos de toda Europa ya provocan anuncios desde Bruselas. El comisario de Agricultura propuso ayer ayudas nacionales de hasta el 10% de la PAC. Alrededor de 500 millones más para España, cuyo reparto seguro que traerá cola si llega a concretarse. Una medida calificada como insuficiente por el sector agrario, que después de años de ninguneo tiene ahora la sartén por el mango a cuatro meses de las elecciones europeas. Porque los agricultores y los ganaderos andaluces, «sin siglas ni colores y en unidad de acción», claman por «un apoyo serio» al sector que va más allá de una respuesta económica puntual. Y, aunque son muchos los asuntos que han llevado a la crisis actual del campo, en Andalucía la sequía lo agrava todo.

Para la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía Feragua, el sector ha sufrido «años de menosprecio y maltrato político e institucional». «Las restricciones, y con ella la asfixia del campo, se produce porque las administraciones no han hecho lo que se comprometieron a hacer», explicó ayer el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda. Y es que «en los últimos quince años no se ha ejecutado en Andalucía una sola de las obras de regulación previstas en la planificación hidrológica»

De las más de una docena de presas comprometidas –1.000 millones de inversión– «no hay una sola que haya pasado el trámite medioambiental, y la única en construcción, Alcolea, en Huelva, está paralizada sine die». Feragua recuerda que deberían estar en funcionamiento los embalses de Agrio, Cerrada de la Puerta, Gibralmedina, San Calixto, Pedro Arco, La Coronada, Alternativa al Álamo y Recrecimiento de la Concepción, «obras con las que la agricultura andaluza no hubiera tenido que soportar las restricciones y caídas del producción que la están arruinando».

Los regantes advierten que las obras de los decretos de sequía de Gobierno y Junta «no evitarán la ruina del regadío, no ya en esta sequía, que es inevitable, sino en la próxima sequía, que será igualmente catastrófica o peor, pues la agricultura seguirá en la misma situación de vulnerabilidad frente a la falta de lluvias».

Feragua exige la puesta en marcha de un plan de 100-200 balsas en Andalucía, con el cual se podría mejorar «notablemente» la garantía de agua para riego agrícola «en un plazo medio de dos-tres años». Al margen de las aguas regeneradas y desaladas, la solución pasa por «dejar de demonizar los trasvases y las infraestructuras de almacenamiento». «¿Cómo vamos a guardar agua para la sequía si no tenemos presas y cómo vamos a optimizar nuestro capital hídrico como país si no tenemos infraestructuras que permitan transportar agua de los territorios más húmedos a los más secos?», se preguntó Cepeda, quien recordó que «en los tres mandatos de Felipe González se impulsaron en nuestra Andalucía veinte grandes presas con una capacidad de almacenamiento de 3.300 hm3» gracias a una ley de medidas excepcionales contra la sequía. «La diferencia de entonces a hoy es que no vivíamos bajo la dictadura del terror jacobino ecologista», reprochó Cepeda a los políticos.

Para Feragua, se avecina una «catástrofe» para el regadío si no llueve lo suficiente. Por ello proponen «la activación y tramitación ágil de los pozos de sequía y las cesiones de derecho entre comunidades». Existe un riesgo real de perder la arboleda, que representa el 75% de la superficie agrícola regable andaluza, lo que supondría «una catástrofe económica y social intensa y extensa durante muchos años».

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, dijo ayer que «sin sequía, la economía andaluza estaría volando». Del próximo encuentro con la vicepresidente tercera, Teresa Ribera, depende gran parte del futuro no cercano, pero sí a medio plazo de quienes van a seguir manifestándose día tras día.