Perros
¿Por qué tu perro da tantas vueltas a la hora de hacer caca? Pocos lo saben, y aunque parece cómico, es parte de su instinto
Ese giro peculiar, casi una danza, que precede al instante en que nuestro perro decide aligerar el peso, encierra mucho más de lo que parece
Cualquiera que conviva con un perro conoce la escena: ese peculiar baile circular y el minucioso olfateo antes de evacuar. Este comportamiento, a menudo curioso, es en realidad un ritual con múltiples capas.
Lejos de ser un capricho, esta conducta es un patrón ancestral conservado por la evolución. Sirve a funciones biológicas y etológicas, y es mucho más que la simple búsqueda de un sitio.
Cada giro, cada olfateo, es una toma de decisiones. Es su forma de interpretar el entorno y comunicarse con él, una interacción compleja con el medio que les rodea.
La comunicación olfativa en cada marcaje
El olfato es la herramienta principal del perro para leer su mundo. A través de heces y orina, obtienen datos precisos sobre otros perros: edad, sexo, estado emocional o salud. Por ello, el olisqueo previo es una lectura detallada de mensajes caninos.
No solo leen, también dejan su propio recado. Las glándulas anales liberan feromonas que señalan presencia y estatus. Giran o escarban el suelo con las patas traseras como una forma de dejar su "grafiti" olfativo.
Instinto de seguridad y otras curiosidades caninas
Según 20minutos, la seguridad es un factor fundamental. Adoptar la postura para defecar implica una vulnerabilidad considerable. Aunque no haya depredadores, el instinto persiste, impulsándoles a examinar el entorno y orientarse hacia un lugar seguro.
También entran en juego las preferencias individuales. Como las personas con el baño, muchos perros desarrollan predilección por ciertas superficies (césped, tierra) o lugares. Cambiar su patrón puede generarles inseguridad o rechazo.
El acto de girar a veces busca aplanar el terreno y preparar la zona, sobre todo si hay vegetación alta. Aunque parezca lo contrario, conservan pautas instintivas para mantener la higiene personal al evacuar.
Otro aspecto menos obvio es que pueden estar disfrutando del paseo. Saben que tras hacer sus necesidades toca volver a casa, así que intentan dilatar el momento de la vuelta para alargar su tiempo de exploración.
Un estudio de 2013 observó que algunos perros se alinean con el eje norte-sur al defecar, si el campo magnético terrestre es estable. Esta hipótesis sugiere sensibilidad a líneas geomagnéticas para orientarse.
Los propios autores señalaron que este es un factor secundario e inconsciente, que solo se manifiesta en condiciones muy específicas. Por tanto, si un perro no se alinea como una brújula, no hay preocupación, no es determinante.