Salvemos el Teatro
Antígona, en el circo
Najwa Nimri debuta en el teatro con esta versión actualizada del texto de Anouilh por Rubén Ochandiano, que también la dirige y coprotagoniza, en las Naves del Matadero de Madrid
Rubén Ochandiano, nombre y apellido de la revelación artística de los últimos meses.
Rubén Ochandiano, nombre y apellido de la revelación artística de los últimos meses. Hasta ahora podía presumir de haber sido seleccionado por grandes como Almodóvar, Soderbergh o González Iñárritu, pero desde hace unos meses ha tomado el timón de su carrera: firmó una versión de «La gaviota» que la crítica aplaudió, ha publicado su primera novela, «Historia de amor sin título», filmó después un largometraje, «Cuento de verano», que ahora se rifan los festivales. «Siendo solo actor me aburro, quizá si tuviera una carrera llena de protagonistas no me pasaría, pero tampoco lo creo. Siempre escribí y tuve intención de dirigir».
Fuera y dentro
Está a punto de estrenar en el Matadero de Madrid su visión de «Antígona», un mito griego que han abordado, por su potencia y su visión política, en épocas muy distintas: «Es una versión libre, está basada en la de Anouilh, pero también en las anteriores», advierte el director. Su primera preocupación fue dónde ubicarla tanto en el tiempo como en el espacio –de hecho, en el cartel la protagonista degusta comida china para llevar–, hasta que llegaron a un lugar cercano a un circo de los horrores.
«Jugamos a los animales de feria como espejo deformado de la situación actual. Tenemos que hacer esfuerzos para despegarnos de la realidad que nos ocupa con semejantes niveles de corrupción y debacle; de hecho, mi personaje dice textos que parece que fueron escritos ayer. Nuestra idea es no hacer de esto un panfleto, ni un elemento excesivamente político. Se trata más bien de compartir este texto lleno de poesía y de magia», continúa Ochandiano. En esta versión Creón llega al poder después de una guerra civil e impone un régimen de terror. Entre sus medidas más despiadadas está la prohibición de enterrar el cadáver de uno de los revolucionarios, Polinice, hermano de Antígona, que se revuelve contra semejante injusticia. El director no aceptó en primera instancia ocuparse del rol del dictador. «Tuvieron que convencerme. Mi primera opción es que fuera una mujer, para que hablara de igual a igual con Antígona. Se lo propusimos a Marisa Paredes, que estaban interesada, pero le modificaron las fechas de un rodaje en Alemania. Así que, cuando vi el grupo humano y me sentí a salvo, acabaron convenciéndome». Ochandiano tiene la suerte de que durante un tercio del espectáculo su personaje está fuera de escena lo que le permite dirigir. Cuenta además con la mirada del Carlos Dorrego, que también codirigió junto a él su primer filme.
Nimri, superdotada
Tampoco fue fácil la designación de Najwa Nimri como protagonista: «Al principio le ofrecimos hacer el papel del autor, en el que hemos condensado el prólogo y la figura del coro. Ella no aceptó porque el personaje cantaba y ya que se lanzaba a la escena quería probar algo diferente a lo que viene haciendo como solita en la música. Al final, Toni Acosta, por proyectos cinematográficos, dejó el personaje principal y tuve que quedarse con uno secundario. Aceptó inmediatamente. Estamos en pleno idilio. Tiene poco ego, gran capacidad de trabajo y es una de las personas más lucidas y brillantes que he conocido, a pesar de la imagen que pueda proyectar. En definitiva, es una super dotada». La acompaña un reparto en el que se combinan tanto los jóvenes mediáticos como los veteranos: Berta Ojea, Toni Acosta, Sergio Mur y Nico Romero.
La elección del espacio, las Naves del Matadero, no fue casual, sino muy perseguida, y ahora quieren aprovechar semejante oportunidad: «Creo que nunca se ha jugado con todo el espacio sin acotarlo. Nosotros lo utilizamos completamente, y, casi desnudo, lo hemos convertido en palacio. Apenas hay unas mesas y unos columpios y todo lo demás es iluminación». Otra de las premisas ha sido el ahorro, así que han buceado entre escenografías y vestuarios de montajes anteriores y aportan utilería de la propia compañía. Todo para acabar descubriendo que, en algunas ocasiones, menos es más. «Toca reinventarse y no derrochar. Así se hace de la necesidad virtud. Por ejemplo, en "La gaviota"hicimos que un barreño se convirtiera en un lago», y aquí la búsqueda va por el mismo camino.
Viene a confirmar Ochandiano que la crisis agudiza el ingenio; sin embargo, se da la paradoja de que en esta coyuntura económica está atravesando por el momento más dulce de toda su trayectoria profesional: «Yo ya viví algo así en Argentina hace unos cinco años y nunca creí que nuestro país llegara a una situación semejante. Luego atravesé una crisis personal terrible que solo superé haciéndome mayor, es decir, colocando a la familia en su sitio, aprender a amar... Así logré aprender a que no hay que quedarse esperando a que suene el teléfono».
DÓNDE: Naves del Matadero. Madrid. CUÁNDO: del 6 de febrero al 17 de marzo. CUÁNTO: de 16,50 a 22 euros.
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