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Apocalipsis «made in Spain»

Los hermanos Pastor dirigen «Los últimos días», con José Coronado y Quim Gutiérrez

Apocalipsis «made in Spain»
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Normalmente, el fin del mundo empieza en Nueva York, Washington o cualquier pequeño pueblo americano. Y siempre hay por ahí algún antihéroe en horas bajas que se redimirá al final salvando a la humanidad. Pero qué pasaría si el fin del mundo empezase en España y no hubiese héroes, sino gente corriente, sin nada que ofrecer a los demás. La respuesta la dan los hermanos Pastor en «Los últimos días», una vuelta de tuerca a las películas apocalípticas hollywoodienses, con una Barcelona arrasada y José Coronado y Quim Gutiérrez como protagonistas. «Me hace gracia cuando me dicen, "genial, la película no parece española". No entiendo ese elogio, si lo es. No tenemos nada que envidiar a los americanos. Ya es hora de borrar todos nuestros complejos de inferioridad», comenta David, el mayor de los hermanos.

Levantar proyectos

La historia nos traslada a una sociedad desolada, encerrada en túneles subterráneos del metro, debido a un extraño caso de agorafobia colectiva que impide a la gente salir a la calle. Caída la civilización, sobreviven pequeños grupúsculos de gente, en una nueva realidad llena de violencia y primitivismo. «No queríamos caer en el tópico de un mundo ideal antes de la catástrofe, como en "La carretera", que antes todo eran caballos y Charlize Theron . Aquí, el mundo ya es un desastre y por eso pasa lo que pasa. Lo que explicamos es una lógica y terrible adaptación hasta una posible salida», asegura Álex.

El motor de la historia es el personaje de Quim Gutiérrez, que iniciará un viaje por las alcantarillas de la ciudad en busca de la mujer que ama. Junto a él, y como extraña pareja, estará José Coronado, que le enseñará a sobrevivir en esta nueva realidad. «Desde el principio estuvo Coronado en nuestra cabeza. Es un actor que se come la cámara y consigue que te intereses por su personaje que al principio parece despreciable. Tuvimos suerte de que con el éxito de "No hay paz para los malvados"nadie nos discutiera la decisión», señala David.

Ésta es la segunda película de los hermanos, después de la aventura americana de «Infectados», y no tienen ninguna duda, como en casa no se trabaja en ningún sitio. «Aquí tienes la sensación de que todos trabajan para conseguir la mejor película. En Estados Unidos sólo trabajan para tener la película más comercial posible, con ideas preconcebidas muy raras. Por ejemplo, nos hicieron poner a Chris Pine una camiseta un número más pequeña para marcar más músculo y se empecinaron en que pusiésemos una canción de un grupo llamado Wolf Mother porque decía que estaba de moda», comenta Álex.

La primera película española que vieron en el cine fue «Acción mutante», de Álex de la Iglesia. No es extraño que no duden en lo que vale la ciencia-ficción de aquí.

Ciudad muerta

Uno de los protagonistas es una Barcelona desierta y arrasada, con espacios emblemáticos como Vía Laietana con animales salvajes sueltos y coches tumbados (en la imagen). «Grabamos en tres domingos porque el Ayuntamiento sólo nos permitía cerrar la calle de siete a diez de la mañana. Ellos preferían que rodásemos en algún sitio menos céntrico, pero no les dimos ningún plan B», afirma David. El resultado es tan sorprendente como sugestivo. «Era importante mostrar ese mundo perdido», añade el director.