Solo dos años de cárcel, una multa de 4.350 euros y orden de alejamiento de seis meses para los dos acusados que provocaron dos graves cortes longitudinales en la cara de Hackim para acabar, además, orinándose encima de él. Esta es la sentencia definitiva tras el proceso por tan descarnado suceso que ocurrió en el 20 de marzo de 2022.

Entonces, “mi representado tenía la cara cosida entera, cruzada en diagonal y desfigurada con tan solo 23 años”, explica el abogado del joven agredido en su escrito de acusación con el que su única pretensión era que los agresores cumplieran una pena bastante mayor a la dictada: cinco años por truncar la vida de un chaval que solo pretendía defender a su amiga.

Los gritos del terror

Todo ocurrió en la calle Boggiero 147, una de las más conocidas de El Gancho, en el casco histórico de Zaragoza, y aunque después de más de dos años no queda claro el posible motivo de tan cruentos hechos, lo que sí ha quedado evidenciado en el proceso judicial es la secuencia de los trágicos hechos.

En la madrugada del día mencionado, los dos agresores junto a otros dos o tres más que no han podido ser identificados se presentaron en la casa del joven Hackim pero, sin embargo, les abrió la puerta otra persona. Una amiga de este que en ese momento se encontraba completamente sola dentro de la vivienda. Pensaba que era él, pero sin embargo lo que se le avecinó fue un duro calvario perpetrado por este peligroso grupo de agresores que no paraba de abofetearle e, incluso, rociarle con spray los ojos.

Perdió incluso el conocimiento a causa de la desproporcionada agresión, pero le dio tiempo de llamar antes a Hackim, aunque no pudo esgrimir ni una sola palabra. Este solo escuchaba ahogados gritos desde el otro lado del teléfono, por lo que sin pensarlo dos veces acudió rápidamente a su piso donde los atacantes le esperaron armados “de varios machetes y de una barra metálica de grandes dimensiones”, según describe la Fiscalía de Zaragoza en su auto.

Cicatrices faciales de 32 y 36 centímetros

De la violenta agresión que perpetraron contra él, por suerte, ninguna de las heridas realizadas con un cúter que también portaban los condenados afectó a los músculos del joven. Así pues, los servicios sanitarios de urgencias que le atendieron tras los violentos hechos tuvieron que practicarle suturas de hasta 17 puntos para cerrar las cicatrices de 32 y 36 centímetros de su cara, causándole de por vida daños estéticos de moderada consideración.

Por otro lado, el acuerdo alcanzado con la defensa de las víctimas también contempla el pago de una multa de 180 euros por las lesiones causadas a la amiga de este, que según los partes médicos de 2020 fueron muchos menos graves que las de Hackim. Solo leves enrojecimientos en su cara y cuerpo. Eso sí, la sentencia de conformidad también exige rigurosamente que los condenados por los hechos cometidos no delincan durante los próximos cuatro años. Si esto ocurre, la sentencia será inmediatamente suspendida por el Juzgado de lo Penal número 6 de Zaragoza en el que se ha llegado a este pacto entre las partes.