Alergias
El 1% de los niños sufre alergia a los frutos secos
La nuez es el alimento más reactivo y el que provoca consecuencias más severas para la salud
La nuez es el alimento más reactivo y el que provoca consecuencias más severas para la salud
La alergia alimentaria es un problema de salud acuciante en nuestra sociedad. Más aún en el caso de los menores, pues su incidencia no hace más que crecer. Y puestos a buscar en la diana de los alérgenos más problemáticos para la salud de los niños, en el centro se sitúa la nuez, ya que se trata del alimento que más alergia provoca y que causa reacciones más severas para la salud. Así se desprende de los resultados preliminares del reciente Estudio Pronuts, una investigación realizada en Reino Unido, Suiza y España que se dio a conocer la semana pasada durante la 42 edición del Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica, Seicap.
«Cada vez hay más niños con alergias, hasta el punto de que en los últimos 30 años se ha triplicado la cifra de afectados en edad temprana. En nuestro país se calcula que entre el 25 y el 30% de los niños tienen algún tipo de ella, ya sea ambiental o alimentaria», confirma Ángel Mazón, especialista de la Unidad de Neumología y alergia pediátrica del Hospital La Fe de Valencia y miembro de la Seicap. Según las estadísticas, tal y como muestra el Estudio epidemiológico nacional alergológico 2015, los alimentos que más frecuentemente provocan alergia en los niños menores de un año son la leche, el huevo, las frutas y los frutos secos, por este orden, pero la lista se invierte cuando se superan los dos años de edad. «A partir de ese momento, los frutos secos ascienden hasta el primer escalón de los alimentos más alérgicos», asegura Mazón, quien detalla que «los resultados preliminares del estudio Pronuts muestra una mayor asiduidad de alergia al cacahuete en Reino Unido, a la avellana en Suiza y a la nuez en España. Además, de ser la más frecuente en nuestro país, la nuez es el alimento que se asocia con reacciones más severas, tal y como se ha demostrado en pruebas de provocación realizadas en hospital».
El más peligroso
Según el experto de Seicap, «calculamos que el 1% de los niños españoles padece alergia a los frutos secos, lo que equivale a la misma proporción de menores con celiaquía o con diabetes infantil, por lo que se trata de una cifra muy significativa». Pero, ¿por qué en concreto la nuez? La explicación parece cultural. «Tradicionalmente se pensaba que el cacahuete era el fruto más alérgico, pero en España hemos comprobado que le supera la nuez, probablemente sea porque es el fruto seco que más alergia da por sí mismo y uno de los primeros que se consumen en nuestro país», apunta Mazón, quien recuerda que la recomendación de los pediatras es la de que los niños no coman frutos secos hasta los cuatro años, es decir, cuando puedan masticar bien y así evitar atragantamientos y asfixia.
Urticaria, vómitos, diarrea, dolor abdominal e incluso ojos rojos, lagrimeo y estornudos son los síntomas habituales de una reacción alérgica, que puede llegar a ser más drástica, hasta el punto de provocar broncoespasmos y, en el peor de los casos, hasta un shock anafiláctico. Ante la sospecha de una posible alergia, el primer paso es confirmar qué es lo que provoca la reacción y comprobar si existen otros alimentos que también la causen. «Una vez identificados, hay que evitar esos productos y sus derivados. En caso de ingesta accidental, el tratamiento es el adecuado para la reacción pudiendo ser desde un antihistamínico en el caso de las reacciones leves hasta el uso de adrenalina en las reacciones más graves», confirma Mª José Goikoetxea, especialista en Alergología e Inmunología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra.
Las alergias alimentarias tienen tendencia a desaparecer, sobre todo en aquellos casos en los que comienza de forma muy precoz. «Cuanto más pequeño es el niño cuando adquiere la alergia, más fácil es que acabe solucionándose», asegura Mazón. Sin embargo, el rechazo a los frutos secos «no se suele superar con la edad. El patrón de sensibilización en niños es diferente que en el de adultos pero no se ha podido comprobar este hecho en una población a medida que va creciendo. El estudio Pronuts será importante», afirma Goikoetxea.
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