Ciencia y Tecnología

Apatía en salud 2.0. La insensibilidad a las alarmas, un problema de atención tecnológica

Por segundo año consecutivo, el problema del exceso de notificaciones en los centros hospitalarios es el número uno de los peligros relacionados con la tecnología de la salud, como apunta el Emergency Care Research Institute

Actualmente se pueden unificar los sistemas de información clínica en puestos fijos de control o monitorización
Actualmente se pueden unificar los sistemas de información clínica en puestos fijos de control o monitorizaciónlarazon

Por segundo año consecutivo, el problema del exceso de notificaciones en los centros hospitalarios es el número uno de los peligros relacionados con la tecnología de la salud, como apunta el Emergency Care Research Institute

Las constantes notificaciones sonoras de alarmas y ruidos molestos de los diferentes dispositivos médicos perturban a los pacientes y distraen al personal médico, causando una desensibilización al personal encargado del cuidado de los pacientes con la consecuencia de que éstos lleguen a ignorar o incluso desactivar los diferentes sistemas de alarma. Por segundo año consecutivo en las publicaciones del prestigioso ECRI Institute (Emergency Care Research Institute), se posiciona el peligro ante la insensibilización de las alarmas en la primera posición dentro del «Top 10 peligros de la tecnología de la salud». Los principales motivos recogidos en este estudio indican que la cantidad y las repeticiones, la desactivación, el fallo en la transmisión y escalabilidad a las personas adecuadas de las alarmas llegan a producir fatiga en los profesionales y especialmente en el personal de enfermería de los centros.

En la actualidad, los esfuerzos se centran en habitaciones y estancias hospitalarias inteligentes, en el registro de datos para enviar información directamente a los diferentes puntos, con la intención de facilitar la labor diaria de los profesionales sanitarios. El próximo paso a seguir es la focalización y evolución en los sistemas de comunicación entre paciente-equipamiento-profesional no invasiva y entre los propios profesionales, aportando mayor movilidad, direccionando los eventos, alarmas críticas e información certera a las personas adecuadas en tiempo y lugar, eliminando la fatiga que generan las alarmas médicas en los controles de enfermería y en las diferentes áreas de un centro hospitalario.

Proyecto

Para este fin Telefónica cuenta con colaboradores tecnológicos como Redislogar, que con su experiencia demostrada de más de 30 años dedicados a la implantación de sistemas y desarrollo de aplicaciones centradas en la optimización de la movilidad y mensajería para gestión de tareas, transporte de pacientes, alarmas críticas e integración de sistemas, gestionando proyectos para aplicaciones de dispositivos móviles como iPad, iPhone, MYCO o Smartphone basados en Android.

Desde Telefónica y Redislogar se sensibilizan especialmente en la agilidad de los tres principales procesos de hospitalización (ingreso, estancia y alta) integrando los sistemas hospitalarios en aplicaciones de movilidad y comunicación que reducen los esfuerzos innecesarios de los profesionales, posibilitando que tanto el personal asistencial (celadores, auxiliares, farmacia, enfermeras, médicos...) como el no asistencial (limpieza, mantenimiento, seguridad, administrativo...) puedan dedicar al paciente la mayor parte de su tiempo.

Ambas compañías han entendido que no se debe olvidar que el principal foco de atención de los centros hospitalarios son los pacientes y ya que es éste el centro para el desarrollo de los avances tecnológicos posibles, con el objeto de agilizar las comunicaciones e información móvil hacía, desde y entre profesionales del sector. Las principales soluciones implementadas por Redislogar se centran principalmente en la seguridad y privacidad de las comunicaciones, priorización e identificación de la información, determinar si la transmisión es a una persona o a un grupo y el apoyo a el intercambio de información. Todo ello deriva a una mejora de la experiencia del usuario, así como la optimización de los recursos de que los centros disponen.

Actualmente se pueden unificar los sistemas de información clínica en puestos fijos de control o monitorización donde algunos de estos sistemas son llamadas de paciente enfermera, monitorización de pacientes, laboratorio, radiología, historial médico, trazabilidad de pacientes... pero el reto se encuentra en proporcionar la movilidad al personal asistencial recibiendo de una forma segura y certera en dispositivos móviles que ayuden en las tareas diarias sin suponer un trastorno por el tamaño o complejidad de uso.

Si nos remontamos tiempo atrás, era impensable que las nuevas tecnologías de la movilidad nos hiciesen estar conectados con los familiares y amigos en todo momento y tuviésemos en nuestros dispositivos móviles toda la información necesaria para la vida diaria. Hoy en día la mayor parte de gente lleva consigo un «smartphone» o «tablet» para estar conectados a nuestra vida privada y/o laboral, ¿por qué no utilizar esta tecnología para la alarmas y cuidados clínicos? Con el actual grado de disponibilidad y redundancia de los sistemas e infraestructuras sobre la que se soportan los servicios TI, entendemos que es el momento de afrontar este reto y avanzar un paso más para el bienestar de nuestros pacientes.

¿Cuál es el nivel de alarmas?

Diferentes estudios recogen estadísticas indicando el altísimo nivel de alarmas y eventos. En concreto, un estudio realizado en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore con 1.051 camas, detectó que el número de alarmas que se registraron inicialmente fue asombroso. Hecho el análisis se determinó que en un periodo de 12 días se producían en hospitalización un total de 58.762 alarmas. En la unidad pediátrica de cuidados intensivos se llegaron a producir 20.150 señales de alarma en un periodo de 8 días. Mientras que el número de alarmas falsas o innecesarias era alto, aunque difícilmente determinable, se detectó que en el caso de 157 alarmas por apneas el 90% resultaron ser falsas. Otra consecuencia complementaria a ello es la pérdida de tiempo del personal hospitalario en la atención de falsas alarmas o en servicios que no necesariamente requieren expresamente la atención presencial de ciertos profesionales, dando la falsa sensación de no atención.