Alzheimer
Encuentran un arma secreta contra el alzheimer
Abre una esperanza para fabricar medicamentos más eficaces
Se ha logrado un gran avance en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer: académicos de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y de la Universidad de Lund, en Suecia, han descubierto una nueva forma de atacar las partículas tóxicas que destruyen las células cerebrales sanas. Han ideado la primera estrategia para ‘perseguir’ la causa de esta devastadora enfermedad, lo que lleva a la esperanza de que se puedan desarrollar nuevos medicamentos para tratar la demencia, informa Europa Press.
El profesor Michele Vendruscolo, uno de los científicos que encabezó la investigación, señala: «Ésta es la primera vez que se propone un método sistemático para atacar a los patógenos, la causa de la enfermedad de Alzheimer». Recientemente, los científicos no pudieron ponerse de acuerdo sobre cuál era la causa, por lo que no teníamos un objetivo. Como los patógenos ahora se han identificado como pequeños grupos de proteínas conocidas como oligómeros, hemos podido desarrollar una estrategia para dirigir los fármacos hacia estas partículas tóxicas».
La demencia es la principal causa de muerte en Reino Unido y se espera que el costo de la demencia aumente a más del doble en los próximos 25 años, de 26.000 millones de libras 55.000 millones. Las estimaciones ponen el costo a la economía mundial en casi un billón de dólares cada año.
La enfermedad de Alzheimer provoca la muerte de las células nerviosas y la pérdida de tejido en todo el cerebro. Con el tiempo, el cerebro se reduce drásticamente y la destrucción celular provoca fallos en la memoria, cambios de personalidad y problemas para llevar a cabo las actividades diarias.
Los científicos identificaron depósitos anormales llamados oligómeros de proteínas como los sospechosos más probables de la causa de la demencia. Aunque las proteínas son normalmente responsables de los procesos celulares importantes, cuando las personas tienen la enfermedad de Alzheimer, estas proteínas se vuelven rebeldes, forman grupos y matan las células nerviosas sanas.
Las proteínas necesitan plegarse en una estructura específica para funcionar correctamente. Cuando este proceso de plegamiento falla, la célula presenta un grave «problema de plegamiento» y se pueden formar depósitos peligrosos, que pueden causar demencia, de los que el cerebro no puede deshacerse.
Las proteínas mal plegadas forman grupos anormales llamados placas que se acumulan entre las células nerviosas impidiéndoles señalizar adecuadamente. Las células nerviosas moribundas también contienen enredos que son hebras trenzadas de proteínas que destruyen un sistema de transporte celular vital, lo que significa que los nutrientes y otros suministros esenciales ya no pueden moverse a través de las células.
El profesor Vendruscolo explica: «Un cerebro sano tiene un sistema de control de calidad que elimina efectivamente las masas de proteínas potencialmente peligrosas, conocidas como agregados. Al envejecer, el cerebro pierde capacidad para deshacerse de los depósitos peligrosos, lo que lleva a la enfermedad. Es como un sistema de reciclaje doméstico, si tiene un sistema eficiente, entonces el desorden se elimina de manera oportuna. De lo contrario, con el tiempo, acumula lenta pero constantemente basura que no necesita. Es lo mismo en el cerebro»
La investigación, publicada en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, fue llevada a cabo por un equipo internacional de científicos que también incluyó al profesor Sir Christopher Dobson, maestro del Colegio St John’s de la Universidad de Cambridge, en el Centro para Enfermedades del Plegamiento (CMD, por su sisglas en inglés), cofundado por Christopher.
Sir Christopher apunta: «Este estudio interdisciplinario muestra que es posible no solo encontrar compuestos que se dirijan a los oligómeros tóxicos que dan lugar a trastornos neurodegenerativos sino también aumentar su potencia de una manera racional. Permite diseñar moléculas que tienen efectos específicos en las diversas etapas de los trastornos como la enfermedad de Alzheimer y con suerte convertirlos en medicamentos que se puedan utilizar en un entorno clínico».
La demencia cuesta al sector de la salud y la atención social más que el cáncer y las enfermedades cardiacas combinadas y recibe una cantidad desproporcionadamente baja de inversión en investigación: en 2012, la investigación sobre la demencia en Reino Unido recibió seis veces menos financiación que la investigación sobre el cáncer.
Ha habido aproximadamente 400 ensayos clínicos para la enfermedad de Alzheimer, pero ninguno de ellos se ha dirigido específicamente a los patógenos que lo causan. En Reino Unido, la demencia es la única patología de las diez principales causas de muerte sin un tratamiento para prevenir, curar o retrasar su progresión.
El profesor Vendruscolo agrega: «Todos los ensayos clínicos anteriores que se han centrado en encontrar fármacos para modificar la enfermedad han fracasado. Los ensayos que tuvieron éxito nos han dado un puñado de medicamentos, pero estos fármacos solo pueden tratar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, no su inicio y progresión. Nuestra investigación se basa en el importante paso conceptual de identificar oligómeros de proteínas como patógenos e informa de un método para desarrollar compuestos sistemáticamente para atacarlos. Este enfoque permite una nueva estrategia de descubrimiento de fármacos».
El descubrimiento de fármacos implica el cribado de bibliotecas químicas, la identificación del ingrediente activo a partir de un remedio natural o el diseño resultante de una comprensión del objetivo, en este caso los oligómeros de proteínas. El desarrollo incluye más estudios, ensayos clínicos y, finalmente, la aprobación regulatoria.
El equipo cree que sus primeros candidatos a fármacos podrían llegar a los ensayos clínicos en alrededor de dos años. Han cofundado Wren Therapeutics, una compañía de biotecnología en Cambridge, basada en el recientemente inaugurado edificio de Química de la Salud, cuya misión es tomar las ideas desarrolladas en la Universidad de Cambridge y traducirlas para encontrar nuevas formas de diagnosticar y tratar el Alzheimer y otras patologías de mal plegamiento.
La nueva estrategia del grupo se basa en un enfoque innovador de cinética química desarrollado en los últimos diez años por científicos liderados conjuntamente por el profesor Tuomas Knowles, también miembro del St John’s College, Sir Christopher y el profesor Vendruscolo, trabajando en el nuevo centro en Cambridge, en colaboración con científicos de la Universidad de Lund dirigidos por la profesora Sara Linse.
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