Salud
Halitosis, un problema que sufre uno de cada tres adultos
La halitosis se suele asociar a una higiene bucal deficiente, pero también puede ser un síntoma de ciertas patologías digestivas
La halitosis se suele asociar a una higiene bucal deficiente, pero también puede ser un síntoma de ciertas patologías digestivas
Besar es un signo de afecto y amor. Dar un beso implica utilizar numerosos músculos de la cara y generalmente nos hace sentir bien. Es un gesto maravilloso que, desgraciadamente, puede llegar a ser algo muy desagradable si uno se pone a pensar en el mal aliento, por ejemplo, que se transmite con este contacto. Y eso, seguramente, no lo haga ser el beso perfecto.
No es un problema extraño, ya que una de cada tres personas adultas sufre este problema de carácter social y que puede dificultar las relaciones laborales, interpersonales y de pareja. Este repulsivo aliento, también conocido como halitosis, se define como el conjunto de olores desagradables que se emiten por la boca. La producción de sustancias malolientes se asocia a los productos que aparecen del resultado de «la descomposición bacteriana de las partículas de alimentos, que se localizan principalmente en la zona posterior del dorso de la lengua», como explica Xavier Calvo, dentista periodoncista de Dentaid. La presencia de unos gases, denominados compuestos sulfurados volátiles (CSV), en el aire expelido desde la cavidad bucal, que resultan son los causantes de la aparición del mal aliento. Pero la halitosis también puede ser causada por los gases absorbidos del intestino, que son liberados por los pulmones, o por la ingesta de determinados alimentos.
El origen
Un fenómeno frecuente al despertar en casi todas las personas adultas, porque las estructuras de la boca en reposo producen muy poca saliva y esa resequedad hace que las células muertas y las bacterias se adhieran a la lengua y al interior de las mejillas y acumulen tan mal olor. Para un buen número de personas esta incómoda situación va más allá del suceso matinal. La gran mayoría se preocupa por el mal aliento o halitosis, un 90 por ciento de la población. De hecho, se gasta cientos de millones de euros anualmente en colutorios y soluciones orales que refrescan la boca. Muchas veces, el mal aliento simplemente es el resultado de una deficiencia de higiene bucal al no limpiar adecuadamente los dientes con el cepillo y el hilo dental. El 90 por ciento de los casos de halitosis es producido por origen bucal, debido a una mala limpieza de lengua y encías, producto del sarro y caries. La boca es «la puerta de entrada a bacterias especializadas en descomponer los restos de comida o saliva que quedan pegados en los dientes», como explica Rubén León, jefe de área I+D+i de Dentaid. El estar a dieta o saltarse las comidas puede ser también una causa. No comer regularmente origina mal olor porque al no ingerir alimentos no se estimula la secreción de saliva, la cual ayuda a mantener la boca limpia y fresca. Para combatir el mal aliento los expertos recomiendan limpiar los dientes con cepillo e hilo dental al menos dos veces al día, y preferiblemente después de cada comida. Así como también puede ayudar «la limpieza de la lengua con un cepillo», añade Calvo.
La alimentación y patologías digestivas llena el 10 por ciento restante. Si sospecha que su dieta es la causa del mal aliento, trate de comer alimentos menos condimentados o sazonados y reduzca el consumo de café. Y si el problema persiste, «acuda al dentista para que le revise la boca regularmente en busca de algún tipo de problema, o a su médico para que descarte la existencia de un problema digestivo», apunta Calvo. Los alimentos muy condimentados, el tabaco y la cafeína son causas frecuentes de la halitosis. También la ingesta continuada en grandes cantidades de ciertos alimentos, como el ajo o la cebolla o los problemas digestivos (hernia de hiato, esofagitis, úlceras o problemas hepáticos).
En el caso de que un paciente tenga una salud bucal impecable y buena alimentación, y aun así presenta halitosis, se le deriva a un especialista en gastroenterología. En el caso de una halitosis provocada por patologías digestivas, puesto que el esófago normalmente está colapsado, «ocasionalmente puede dejar escapar olor procedente del estómago, pero es raro que sea de forma permanente», comenta Enrique Cos, jefe del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Gregorio Marañón . La bacteria responsable, «Helicobacter pylori», puede producir esta halitosis, pero también podría acabar generando úlcera y cáncer de estómago. Pero también puede ser provocada por factores como los reflujos gastro-esofágicos o las intolerancias alimenticias.
El mal aliento no es contagioso, aunque teóricamente sea posible transmitir los microorganismos responsables del nauseabundo olor, a través de los besos, por ejemplo. León especifica que «los gases malolientes se originan independientemente en cada persona», ya sea por una mala higiene bucal y lingual o por otros factores, por lo que no es posible que se pasen de una persona a otra.
Aunque no sea contagioso, mucha gente sufre de halitosis, aunque muchos de ellos no lo sepan. Las personas que conocen a alguien que lo padezca puede que no le digan nada por vergüenza, o si por al decirlo, puede que le moleste. Por eso mucha gente circula por la vida sin saber que padece mal aliento. Uno mismo no puede sentirlo en su propia boca. Sin embargo los demás perciben un olor constante, desagradable e incluso a veces fétido. El mal aliento no respeta sexo, edad ni condición social: el gran problema es que quien lo sufre, no lo nota. Lamentablemente, como es un tema incómodo y «tabú», como indica Rubén León, crea diversas consecuencias para quien lo padece: psicológicas como falta de confianza del individuo, sociales al afectar a las relaciones con los demás, laborales porque puede influir en el éxito profesional y en el comportamiento, al taparse la boca por ejemplo.
Pautas para un buen aliento
Lo primero que se tiene que hacer es conocer la causa que ha provocado esta halitosis. Porque cada origen conlleva un determinado tratamiento. La clave está en evidenciar a través de una forma tecnológica dónde está el problema para poder tratarlo correctamente.
Lo mejor para evitar los malos ratos por el mal aliento es mantener una buena higiene bucal. Es cierto que cuando se está en la calle o trabajo no se puede siempre estar cepillando, pero puedes comprar un kit o colutorio para llevar encima. Además, es conveniente visitar al dentista una vez cada seis meses para evitar algún problema y para eliminar los restos de sarro. Y evitar fumar y beber, así como comer alimentos con especias, porque agrava los problemas de mal aliento. Menos aun por las mañanas, porque la combinación ya será fatal. Además es conveniente ingerir abundante agua, así como no permanecer muchas horas sin alimento y consumir grasas y azúcares con moderación. Las personas con prótesis dentales, deberán tener cuidados especiales porque éstas contribuyen a aumentar la placa bacteriana. Y en el caso de que esté originado por el aparato digestivo, se puede remediar con un tratamiento con antibióticos para erradicar la infección bacteriana en el estómago, esófago o cualquier otra parte del aparato digestivo.
El dueño de una boca limpia y libre de problemas puede repartir besos sin miedo... siempre que su sensibilidad olfativa se lo permita.
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