Barcelona

Logran aumentar con células madre la fuerza del latido cardíaco tras infarto

Médicos del Instituto Germans Trias del Hospital de Can Ruti y del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC) han logrado aumentar un 21,6% la fuerza del latido de corazón de ratones con infarto mediante bioimplantes con células madre de la sangre del cordón umbilical de humanos. La investigación, que publica hoy la revista "Stem Cells Translational Medicine", ha sido liderada por el doctor Antoni Bayés-Genís y financiada en parte por La Marató de TV-3.

Según ha explicado Bayés-Genís, cuando se produce un infarto de miocardio, el corazón pierde fuerza para latir debido a la muerte de las células del área afectada, que dejan de recibir sangre desde las arterias coronarias. Este hecho, en función de la gravedad, puede condicionar la capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas, así como la calidad y la esperanza de vida.

Recuperar parte de la fuerza para bombear la sangre es uno de los retos que persiguen los investigadores de la regeneración del corazón, como el grupo de Insuficiencia Cardíaca y Regeneración Cardíaca (ICREC) del Institut Germans Trias. Este grupo ya demostró en 2013 la capacidad de un tipo de células madre de la sangre del cordón umbilical de humanos, llamadas mesenquimales, para formar pequeños vasos sanguíneos en el área infartada de ratones y reoxigenarla.

Las células se introdujeron en forma de parche (bioimplante) acompañadas de una proteína llamada fibrina que ayudaba a fijarlas sobre la zona infartada y, al cabo de un mes, se produjo una disminución significativa de la medida del infarto. El siguiente paso ha sido estudiar la funcionalidad del corazón gracias a este sistema y el resultado ha sido que los ratones tratados con células mesenquimales tras un infarto han aumentado un 21,6% la fuerza del latido cardíaco para bombear sangre.

Según los especialistas, cuando se produce un infarto, la sangre deja de circular y de nutrir correctamente las células del músculo cardíaco, con lo que se alteran irreversiblemente, mueren y generan una cicatriz que afecta a la capacidad de latir del corazón. Actualmente, además de tratamientos farmacológicos y quirúrgicos convencionales dirigidos a recuperar los vasos sanguíneos de la zona afectada, la única opción terapéutica que garantiza la plena recuperación funcional del corazón es su trasplante.

Sin embargo, esta opción está limitada por el número de donantes y por posibles reacciones de rechazo, por lo que los investigadores intentan desarrollar nuevas estrategias para implantar células madre que regeneren el tejido. Las células madre mesenquimales son multipotenciales, es decir, tienen capacidad para convertirse en varios tipos de células: óseas, de cartílago, de grasa, musculares o neuronales.

En el año 2007, los mismos investigadores demostraron la presencia de estas células en la sangre del cordón umbilical y plantearon su posible uso para regenerar corazones, y desde entonces están trabajando en esta línea. Uno de los retos ha sido hallar la forma óptima de introducir las células madre en la zona del infarto, ya que otros grupos han demostrado que, liberadas como inyecciones directas o intravenosas, pueden morir rápidamente o dirigirse hacia otros órganos.

Los investigadores de Germans Trias han mezclado las células con fibrina, una proteína que hace que se adhieran en la zona infartada y que permanezcan las cuatro semanas que dura el estudio. Ya que las células reducen la medida del infarto y mejoran la función cardíaca, los investigadores estudiarán ahora cómo alargarles la vida una vez implantadas, de forma que puedan aportar más beneficios, y, más adelante, plantearse estudiar su seguridad y beneficio en corazones humanos.

"El hallazgo confirma el potencial de estas células para tratar otras enfermedades con déficit vascular como el ictus o la enfermedad arterial periférica, sin olvidar aplicaciones generales en cirugía vascular", ha concluido Bayés-Genís.