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Vehículos menos contaminantes

Expertos analizan los retos de España en el mercado gasista internacional. Sus puntos fuertes: la gran capacidad de regasificación y una entrada diversificada de reservas

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Expertos analizan los retos de España en el mercado gasista internacional. Sus puntos fuertes: la gran capacidad de regasificación y una entrada diversificada de reservas

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la demanda de gas natural va a crecer globalmente durante los próximos años, especialmente en Asia y en los países emergentes. El peso del GNL prácticamente se duplicará, y será la fuente de suministro que más crezca en la próxima década. Esto se explica por las características de esta fuente energética. Por un lado, aporta flexibilidad y fiabilidad de suministro: actualmente hay más de 19 países exportadores y todos son accesibles por mar, sin ningún tipo de restricción. Por otro lado, es el combustible fósil más versátil, apto para su uso en generación (donde además es necesario como respaldo a la generación con energías renovables), en transporte, en la industria y para uso doméstico, y es el que produce menos emisiones. Por otro lado, continúa el desarrollo tecnológico de nuevos usos, como el GNC para uso en transporte por carretera y el empleo del GNL para barcos y camiones.

Las previsiones son halagüeñas pero la situación de partida también es buena. Actualmente, el gas natural sigue siendo, tras el petróleo, es la energía primaria más consumida en la UE. Eso sí, Europa importa actualmente un 53 por ciento de su energía, con un coste de 400 millones de euros anuales, lo que la convierte en el mayor importador del mundo.

Para analizar el presente y futuro de esta fuente de energía, se ha celebrado recientemente en Barcelona un Seminario Internacional, organizado por la Fundación Gas Natural Fenosa, sobre seguridad energética en Europa, en el que un panel de expertos debatieron sobre el reto de la disponibilidad, la seguridad de suministro y el precio de la energía en la UE, elementos decisivos en la competitividad económica del continente y en la calidad de vida de los ciudadanos. En él participaron el presidente de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró; el consejero delegado de la compañía, Rafael Villaseca; el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria; el comisario europeo de Política Climática y Energía, Miguel Arias Cañete, y el consejero de Empresa y Ocupación de la Generalitat de Cataluña, Felip Puig.

A través de dos mesas de debate, la jornada abordó el papel destacado del gas natural y la necesidad de reforzar las interconexiones gasistas internacionales, donde España puede jugar un papel determinante. En este aspecto, el presidente de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró, remarcó durante su intervención que «España debe aprovechar su situación estratégica, sus infraestructuras energéticas y su capacidad de importación de GNL, para ponerlas a disposición de Europa, con el fin último de que la Unión logre un verdadero mercado interior de la energía más fluido, transparente e interconectado».

De hecho, España dispone aproximadamente del 37,5 por ciento de la capacidad de regasificación de Europa. El gas llega a Europa, a través de barcos metaneros o por gasoducto. Y en esta entrada, España ocupa un papel destacado. Primero porque recibe gas de 11 países diferentes. Según datos del último informe anual publicado de Sedigas, de Argelia llega el 51 por ciento; de los países del golfo, el 12; de Nigeria, el 10; de Trinidad y Tobago, el seis, y de Perú y Noruega, un cuatro. Siguiendo datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, «la entrada de gas al sistema por gasoducto representó durante el primer trimestre de 2015 el 58 por ciento del valor total. El 42 por ciento restante fue introducido a través de las seis plantas de regasificación que operan en España. Los barcos transportan el gas a 160 grados bajo cero y en estado líquido y cuando llegan a la península necesitan pasar por una planta de regasificación, en las que se aumenta la temperatura y se devuelve el GNL a su estado gaseoso para pasar a la red de distribución nacional.

Por otro lado, los ponentes de la jornada resaltaron que la Unión Europea (y también España) deberían desarrollar más proyectos de extracción de gas natural propio tanto en tierra como en el mar, y apoyar la prospección y la innovación en tecnologías de extracción, desarrollando más, por ejemplo, la extracción del shale gas. Se calcula que existen reservas equivalentes a 28 años de consumo de gas natural en el continente.

Uno de los aspectos clave para el mercado del gas natural europeo, según los expertos, es el desarrollo de las infraestructuras porque contribuirá decisivamente a reducir la dependencia del gas ruso y aumentar la seguridad de suministro. Según explicó durante su intervención el consejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca, la península ibérica tiene un potencial de regasificación de 70 bcm que la convierte en la vía natural de entrada del GNL de Estados Unidos, que llegará a partir de 2016. Sin embargo, la UE no puede beneficiarse de esta capacidad debido al bajo grado de interconexión existente. Actualmente existen seis gasoductos, dos conectan con el Magreb, otros dos con Francia y dos con Portugal. En 2013 entró en funcionamiento una primera ampliación de capacidad de interconexión con Francia a través de Larrau (Navarra), por lo que el flujo de gas que puede circular en ambos sentidos es de 5.200 millones de metros cúbicos. La previsión es que para finales de este año entre en funcionamiento la ampliación de la interconexión Irún-Biriatou (Francia), por lo que la capacidad de intercambio de gas entre ambos países será de 7.100 millones de m2. Enagás está trabajando actualmente en el desarrollo del Midcat y del gasoducto transadriático TAP, nuevos corredores gasistas que permitirán vías alternativas de suministro para la Unión Europea.

El Grupo Magritte – creado en 2013 por 11 grandes empresas energéticas europeas para promover un mercado común de la energía en Europa– defiende que la seguridad de suministro debería reforzarse fundamentalmente por tres vías: las ya mencionadas interconexiones, la integración del GNL y el desarrollo de almacenamientos. El sistema gasista español cuanta con cuatro almacenes de gas de los 627 que existen en el mundo.

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España es, según datos del informe de Sedigas ya citado, el sexto consumidor de gas natural de la UE, por detrás de Reino Unido, Alemania, Italia, Francia y Países Bajos. La diferencia con el resto de países miembros está en el nivel de penetración, mientras que en la UE la media es del 50 por ciento, en España alcanza sólo el 27. El sector doméstico comercial ocupa entre un 35 y un 38 por ciento de la demanda total de dicho recurso, mientras que la generación eléctrica (comprende el uso del gas en plantas de producción eléctrico de ciclo combinado y cogeneración) absorbe el 30 por ciento. El tercer puesto lo ocupa el mercado industrial que absorbe el 20 por ciento de la oferta. El transporte supone sólo el 0,60 del total. Y este es precisamente uno de los sectores que más proyección tienen en la expansión del gas natural. Respecto a los carburantes convencionales, el gas natural vehicular reduce hasta un 80 por ciento las emisiones de óxidos de nitrógeno y más de un 95 por ciento, las de partículas PM. Además, no emite SO2 y no contiene plomo ni trazas de metales pesados.

Gas Natural Fenosa es líder en su comercialización, con más de 25 estaciones en todo el país que sirven a la mayoría de los más de 4.000 vehículos que circulan por España, fundamentalmente autobuses, camiones de recogida de residuos y flotas de empresas. El gas natural vehicular se suministra de dos maneras: como gas natural comprimido (GNC), más enfocado a vehículos ligeros y furgonetas, o gas natural licuado (GNL), empleado para los camiones de largo recorrido. Pero es que además impulsa su expansión con proyectos como el europeo GARneT, que prevé la instalación de diversas estaciones de suministro de gas natural licuado en los principales corredores de tráfico de mercancías. Las estaciones suministrarán gas natural licuado y gas natural comprimido a los vehículos que utilicen estos combustibles, fundamentalmente vehículos pesados de transporte de mercancías de largo recorrido.

El transporte marítimo se suma al GNL

Actualmente existen 50 barcos impulsados por GNL en el mundo. Noruega lidera el marcado con unas 25 operaciones, aunque se estima que en 2020 habrá más de 500 naves de todas las nacionalidades operando por el mundo.

La Unión Europea aprobó en 2014 la Directiva de Infraestructuras de Combustibles Alternativos para el transporte donde impulsa la creación de una red de estaciones de servicio de GNC y GNL en los puertos.

Gas Natural Fenosa está trabajando en este sentido con la instalación del primer motor de gas para barcos de pasajeros en España. Además, se trabaja en varios proyectos para que tanto la maquinaria portuaria como las naves que atraquen en puertos como el de Barcelona puedan alimentarse con este gas en sustitución del diésel.