Pacientes
Cáncer de mama: Innovadoras terapias y nuevos usos de fármacos ya aprobados se alían contra el tumor
En el plazo de cinco años, las guías clínicas de Oncología serán revisadas ante la cantidad de novedades que aterrizarán en breve. Fármacos que hasta ahora eran para pacientes con tumor avanzado, curarán a las que están en fase temprana
En el plazo de cinco años, las guías clínicas de Oncología serán revisadas ante la cantidad de novedades que aterrizarán en breve. Fármacos que hasta ahora eran para pacientes con tumor avanzado, curarán a las que están en fase temprana
Más y más. La locomotora de la investigación en cáncer de mama no para y lejos de pisar el freno lleva el mejor ritmo posible. En el plazo de cinco años estarán disponibles en el mercado nuevas opciones terapéuticas para reducir aún más las cifras de mortalidad de este tumor, actualmente ronda el 83% de supervivencia. Eva Ciruelos, oncóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y presidenta del Grupo Solti, destaca que «cuando tienes pocas cosas es fácil elegir, cuando tienes más cosas resulta más complicado elegir porque la oferta es muy buena. Así que ahora tenemos que intentar colocar todo lo bueno que tenemos en orden».
Desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Ana Santaballa, jefa de Sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitari I Politècnic la Fe de Valencia, lo resume así: «En el campo del diagnóstico seguramente mejoraremos en la resonancia de mama incorporando la técnica de difusión, y sin duda, en la mejora del diagnóstico molecular, cada vez conociendo mejor la biología del tumor que nos lleve a personalizar más la terapia. En el tratamiento, la incorporación de un fármaco anti-HER2, el pertuzumab, en el tratamiento neoadyuvante y los inhibidores de ciclinas y los inhibidores de PARP, unos ya inmediatamente como el pertuzumab y los otros a medio plazo, son incorporaciones muy importantes».
Los primeros en llegar serán los inhibidores de la quinasa, encargados de bloquear la señal de multiplicación de las células cancerígenas. «El dato más impactante últimamente viene de las ciclinas, los CDK4/6 hay dos fármacos en la actualidad –palbociclib y ribociclib– que están a punto de ser aprobados. Son buenas noticias, porque no son quimioterapias, son biológicos, que se toman en forma de pastilla, una al día, con una buena tolerancia y con unos datos de eficacia que hacía mucho tiempo que no veíamos en Oncología, en tumor de mama», apunta Aleix Prat, coordinador del Comité Científico de Solti y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic de Barcelona. En este sentido, hay que destacar que estos fármacos han conseguido sumar un año de vida a las pacientes que tienen el tumor en fase avanzada, en alguna modalidad servía de apoyo a la terapia hormonal con letrozole.
Judith Balmaña, responsable de la Unidad de Cáncer Familiar en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, explica que también hay buenas noticias para uno de los cánceres hereditarios que más estragos hace entre las mujeres, aquel definido por la mutación BRCA1/2 –entre un 5 y 10% de los casos–. «En ESMO –Congreso Europe de Oncología Médica– se han presentado buenos datos de PM1183 –lurbinectedina–, ya que se han conseguido respuestas duraderas. Se ha observado en pacientes que habían recibido quimioterapia, en concreto con platinos, y hubo un 41% de respuestas objetivas».
Revisiones de fármacos
Una de las tendencias que apunta Miguel Martín, presidente de SEOM y jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, es «que estamos viendo nuevos usos o manejos de terapias que empleábamos en cánceres muy avanzados, metastásicos, en los que han cosechado grandes resultados, pero creemos que también tienen un potencial aprovechable en estadios previos con tumores menos avanzados. O como en el caso de fulvestrant –una terapia hormonal– que tal como revelan los datos de ESMO, estábamos manejando mal y ahora con una nueva dosis parece que hemos encontrado la forma óptima». Prat hace hincapié que todo se puede optimizar más gracias a los marcadores biológicos que permiten delimitar el uso de las terapias sólo a quienes funciona. «Los inhibidores de PI3K también están por llegar, funcionan en pacientes con mutación en este gen, están en pleno ensayo de fase III», explica el coordinador del Comité Científico de Solti.
Inmunoterapia, ¿cuándo?
Dados los buenos resultados que ofrece la estimulación de las defensas del organismo en tumores en los que hasta ahora no había nada, como pulmón o melanoma, se espera mucho de ella en mama. «Lo cierto es que todavía estamos en una fase incipiente y se están observando algunos resultados en uno de los tumores de peor pronóstico como es cáncer de mama triple negativo –un 15% del total– y el HER2», subraya Martín. Como aclara Ciruelos, «estamos viendo los primeros resultados y se están cerrando los reclutamientos para los ensayos de Fase II».
Con este tipo de fármacos, Prat destaca los resultados con «pembrolizumab, que están consiguiendo datos similares a los que se alcanzaron en pulmón y melanoma, con cifras de eficacia que rondan el 20%, en concreto el 18,5%. Se ha mirado su uso de forma conjunta con la quimioterapia y se ha observado su utilidad en un subgrupo de triple negativo». Además, los mismos fármacos que dieron el pistoletazo de salida a la inmunoterapia con grandes resultados en pulmón y mama, nivolumab y ipilimumab, tienen ensayos en fase I y II en busca del modo en que puedan servir de tabla de salvación también en mama.
No sólo los fármacos son los protagonistas de estos avances, ya que en el campo de la cirugía también hay importantes novedades. «Intentar disminuir al máximo la cantidad de cirugía que tenemos que hacer para conseguir los mismos resultados. La idea es curar el mismo número de mujeres pero con menos cirugía, lo que se consigue con la disminución de retirada de tejido de la mama y de la axila. Y para ello los nuevos tratamientos de quimioterapia y los nuevos estudios muestran que operando menos se obtienen al menos iguales resultados», explica Jacobo Cabañas, oncólogo quirúrgico del Hospital Universitario Ramón y Cajal y secretario-tesorero de la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ).
Al mismo tiempo, Cabañas plantea la posibilidad de realizar extirpaciones no quirúrgicas en tumores muy pequeños y en enfermos que han recibido tratamiento neoadyuvante –para reducir el tumor–. «A día de hoy las biopsias se hacen con un cilindro que sirve para retirar el tejido a estudiar. El planteamiento sería ejemplar las mismas herramientas que en la biopsia para extirpar la lesión de forma completa. Es como si lo quitásemos a ‘‘mordisquitos’’, pero todavía estamos estudiando si desde el punto de vista oncológico se elimina el tumor».
Otro punto de vista es la inclusión del ejercicio como parte del tratamiento. No sólo para recuperarse, sino también «antes de la puesta en marcha de la terapia o la intervención quirúrgica. A través de una serie de indicadores queremos demostrar que una actividad física moderada puede ayudar a reducir el tumor o preparar mejor a la paciente para enfrentarse a la terapia», explica Sonia López, oncóloga del Hospital Gregorio Marañón, donde buscan conseguir un ambicioso estudio clínico que demuestre la teoría. «Sólo hay otras investigaciones en EE UU, ya que es complicado reclutar mujeres que en las dos o tres semanas que pasan desde el diagnóstico hasta el inicio del tratamiento quieran entrar en esta investigación», concluye López.
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