Cáncer
«El miedo a que el cáncer haga saltar la banca es algo exagerado»
Tsveta Milanova/ Vicepresidenta de acceso al mercado de Celgene
En la anterior edición del congreso anual ASCO la «toxicidad financiera» de los tratamientos contra el cáncer fue un tema recurrente
En la anterior edición del congreso anual ASCO la «toxicidad financiera» de los tratamientos contra el cáncer fue un tema recurrente. Con esa expresión se hace referencia a los «efectos secundarios» del cáncer en el bolsillo de los pacientes –en los sistemas sin sanidad pública– o en los presupuestos del estado –en sistemas como el español–. En 2017 han sido más abundantes los estudios que buscan mejorar la gestión de los recursos sanitarios para que ni el paciente ni el sistema se resientan de manera dramática ni quiebren.
La colaboración entre industria farmacéutica, especialistas y autoridades sanitarias acabará por dar solución a los problemas de coste que plantean los nuevos tratamientos «como ha sucedido con otros medicamentos innovadores en el pasado», al menos, así lo ve Tsveta Milanova, vicepresidenta de acceso al mercado de la compañía farmacéutica Celgene. En una entrevista al término de un encuentro organizado por la firma, Milanova indicó que las políticas de precios han sido uno de los temas centrales de este encuentro, con una considerable cantidad de presentaciones sobre precios ajustados al valor (lo que el medicamento realmente aporta al paciente o al sistema) y otros temas de farmacoeconomía. Ella es razonablemente optimista al respecto: «Cuando miro atrás, veo oleadas de innovación similares en otros campos, como el de la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Hay muchos tratamientos nuevos, pero también otros que van perdiendo sus patentes y cuyos precios se reducen. Así se produce una situación de equilibrio». Al observar el aumento de la supervivencia en diferentes tipos de cáncer, la predicción de Milanova es que las nuevas terapias acabarán usándose durante años e irán reduciendo su precio, como ha pasado con los medicamentos para otras enfermedades. «El gasto farmacéutico en cáncer se ha mantenido en torno al 10-15% de la factura total en los últimos 40 años», recordaba.
«El equilibrio entre medicamentos nuevos y fármacos genéricos seguirá funcionando. El miedo a que el cáncer haga saltar la banca es algo exagerado», razonaba. En su opinión, es importante prestar atención a cómo la sociedad gasta el dinero y mejorar ineficiencias del sistema sin centrarse exclusivamente en el coste de los medicamentos, pero está convencida de que sí será posible permitirse los tratamientos más innovadores.
Para valorar la eficacia de los mejores fármacos y evitar gastos inútiles, se ha propuesto en el congreso de ASCO aprovechar toda la información disponible «big data». «Eso sí, el ‘‘big data’’ tendrá que tener en cuenta las opiniones de los pacientes, el modo que tenemos de medir ahora el valor de los fármacos es incompleto», indicaba Jennifer Hinkel, experta en farmacoeconomía de la consultora McGivney.
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