Cirugía
Francisco Villarejo: Tumores cerebrales
Artículo de opinión del doctor Villarejo sobre los tumores cerebrales
Los tumores cerebrales no son tan frecuentes como otro tipo de cánceres del organismo humano, pero cada vez se diagnostican más gracias a los medios de diagnóstico que tenemos como son la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RM). Con estos métodos podemos ver claramente la situación del tumor dentro del cráneo, y sobre todo podemos acercarnos claramente al diagnóstico y ponerle nombre y apellidos al tumor. No sólo saber si es bueno o malo. También nos permite plantear qué tipo de tratamiento habría que realizar.
Hoy día se puede decir que todos los tumores se pueden operar. Lo que ocurre es que tenemos que decidir cuáles se deben operar. Para el tratamiento quirúrgico contamos con grandes medios. En primer lugar el microscopio quirúrgico es imprescindible en la mayoría de los casos. La coagulación bipolar es un método que permite coagular vasos o parte del tumor sin producir cicatriz y sin hacer daño al tejido de alrededor del tumor. El aspirador ultrasónico o cavitrón es un dispositivo que permite romper en pequeñas porciones el tumor si es blando y aspirarlo sin romper los vasos y previamente en algunos casos los navegadores cerebrales nos ayudan a planear la intervención por el camino más corto y seguro.
Lo que todavía no hemos solucionado es la evolución en el glioblastoma multiforme que es uno de los peores cánceres que afectan el ser humano. Hay que intentar extirparlo y después aplicar radioterapia y quimioterapia. El resto de tumores la mayoría se pueden extirpar y otros tratarlos con radiocirugía aunque sean benignos. Esta técnica de radiocirugía se suele emplear en tumores de menos de tres centímetros de tamaño con unos resultados muy buenos y prácticamente sin complicaciones.
Un problema importante en adultos y en niños más, es el diagnóstico clínico. Los pacientes pueden empezar con vómitos y son tratados en unidades del Aparato Digestivo hasta que aparecen otros síntomas como el dolor de cabeza o la inestabilidad en la marcha y de esta forma se sospecha la posibilidad de un proceso intracraneal y se solicita un estudio como es la TAC o la RM.
En resumen, podríamos decir que, por lo general, todos los tumores cerebrales se pueden operar, sean buenos o malos, pero técnicas como la radiocirugía pueden tratarlos después de una biopsia o solamente con el diagnóstico radiológico. Los resultados son muy buenos en la mayoría de los casos y nos queda por resolver el tratamiento definitivo del glioblastoma multiforme, también llamado astrocitoma IV.
Se puede confirmar que las complicaciones son menores, sobre todo, en hospitales especializados.
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