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Investigadores advierten del riesgo cardiovascular del diclofenaco

De nuevo, un estudio pone el foco en los AINEs y los peligros de un uso prolongado en el tiempo sin supervisión médica en los mayores de 65 años

Investigadores advierten del riesgo cardiovascular del diclofenaco
Investigadores advierten del riesgo cardiovascular del diclofenacolarazon

De nuevo, un estudio pone el foco en los AINEs y los peligros de un uso prolongado en el tiempo sin supervisión médica en los mayores de 65 años

La asociación entre riesgo cardiovascular y antiinflamatorios no es nueva, aunque esta semana un último estudio ponga el foco en uno de las moléculas más empleadas de esta familia: el diclofenaco. El trabajo que publica «The British Medical Journal» vuelve a subrayar los peligros de este fármaco y recomienda un uso más racional y reducido. La investigación ha sido llevada a cabo por un equipo de especialistas del Hospital Universitario Aarhus de Dinamarca, liderado por el doctor Morten Schmidt. Entre las principales conclusiones que arrojan es que hay mayores posibilidades de que se den accidentes cardiacos, como infartos o ictus, comparado con otros como el paracetamol, ibuprofeno o naproxeno. «Lo cierto, es que del abanico de posibilidades de AINEs –antiinflamatorios no esteroideos–, el diclofenaco es el que peor perfil de seguridad vascular tiene. El más benigno, por otro lado, es el naproxeno», explica Federico Díaz, director de la Unidad de Investigación de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatólogo en el Hospital Universitario de Canarias.

Uno de los principales detonantes de este problema es que pese a la prescripción médica su adquisición en farmacia no precisa de receta. «Y esto hace que haya población que lo tome sin precauciones», subraya Díaz, que puntualiza sobre la investigación que «se trata de un hallazgo en un número alto de individuos –el estudio observacional analizó los datos de un registro de más de 6,3 millones de personas con al menos un año de prescripción continúa desde 1996–. Porque si vamos a lo específico, no es que las otras opciones sean completamente inocuas. Ya que como apunta el trabajo, también causan efectos gastrointestinales». En este sentido, Milagros García, jefa de Servicio de Farmacia en el Hospital Asepeyo de Sant Cugat (Barcelona) y secretaria del Grupo de Trabajo RedFaster de la SEFH (Farmacia Asistencial en Urgencias) explica que los investigadores daneses «observan que en la población que tenía la prescripción de diclofenaco había más pacientes que sufrían algún evento cardiovascular en comparación con los que no la tenían».

En la botica, las formas de diclofenaco son muy variadas. De hecho, en 2017, con datos de Iqvia (antes IMS Health), se consumieron unos 13.633.040 unidades del mismo en pastillas (solo o combinado), cremas y otras vías de administración como gotas, ampollas parentales y supositorios. «Al ser de dispensación sin receta los pacientes pueden relacionarlo con medicamentos más seguros y tomarlos sin prescripción médica ni consejo farmacéutico previo. Son fármacos que habitualmente puedes encontrarlos en los botiquines de los domicilios», añade García. Y por ello, «la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ya publicó una nota informativa de las restricciones de uso del diclofenaco relacionada con el riesgo cardiovascular», subraya Neus Caelles, miembro del comité científico de Sefac (Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria).

Datos

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores daneses midieron el riesgo cardiovascular inicial, y si aumentó el número absoluto de accidentes vasculares por cada 1.000 personas al año que tomaban por primera vez diclofenaco. Por ejemplo, entre los pacientes con bajo riesgo inicial, los debutantes con diclofenaco tuvieron un incidente adicional frente a los que tomaron ibuprofeno, uno más frente a los de naproxeno, tres más frente a los de paracetamol y cuatro más frente a los AINE. Entre los pacientes con riesgo inicial moderado, las cifras correspondientes fueron siete, siete, ocho y 14 eventos adicionales, respectivamente, y para aquellos con un alto riesgo inicial, los números correspondientes fueron 16, 10, uno y 39 eventos adicionales, respectivamente. Como manifiesta la secretaria del Grupo de Trabajo RedFaster de la SEFH, «al ser un estudio observacional puede contener factores de confusión (otros factores que pueden también aumentar los riesgos). Aunque un estudio randomizado para demostrar este hecho no sería ético y éste estudio se ha realizado sobre una muestra de población muy importante en número lo que hace que sus resultados sean muy fiables».

Hace un par de años, en 2016, otro estudio en la misma revista, BMJ, ligaba el consumo de antiinflamatorios con fallos cardiacos. En concreto, apuntaba que quienes consumían este tipo de medicación tienen un riesgo de un 19% mayor de ingresar en un hospital por un accidente cardiaco en los siguientes 14 días. Entonces, el trabajo de investigación corrió a cargo de un grupo italiano de la Universidad de Milano-Biococa (Italia) que analizaron los datos de diez millones de personas procedentes de Reino Unido, Países Bajos, Italia y Alemania, que iniciaron un tratamiento con AINEs entre 2000 y 2010.

«Sabemos desde hace años que este tipo de medicamentos deben ser utilizados con precaución por pacientes en riesgo de sufrir problemas de corazón, en particular las personas mayores», afirmaba entonces Peter Weissberg, director la organización británica que promueve de la investigación médica «British Heart Foundation». Por su parte, Stephen Evans, profesor de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, manifiesta que las personas jóvenes que toman fármacos como ibuprofeno durante cortos periodos «no deberían estar preocupados».

Advertencia

Y ahí estaría el quid de la cuestión: quién y cómo debe tomarlo. Los expertos subrayan que el mayor incremento en posibles fallos cardíacos se registra en pacientes con problemas previos de hipertensión, diabetes y de riñón, en mayores de 65 años y en tratamientos prolongados en el tiempo. «Por eso, no se debe tomar sin consultar con un médico, o al menos con el farmacéutico, que también puede ayudar, ya que en muchas ocasiones conoce la medicación de los pacientes. Hay muchos que tienen antecedentes cardiovasculares y no lo tienen en cuenta», puntualiza Díaz.

Desde la SEFH, García comenta que «el riesgo de aumento de patología cardiovascular de los AINEs es conocida y así se advierte en el prospecto. Hemos de ser conscientes de los riesgos que comporta la toma de medicamentos, sin crear una “alarma” excesiva que haga que no se empleen cuando están realmente indicados. Este estudio demuestra que el riesgo de padecer eventos cardiovasculares aumenta en población con patología cardiovascular previa». Los AINEs, como cualquier otro medicamento, debe tomarse si está indicado, a la dosis mínima necesaria. «Este estudio permite la evaluación del riesgo relativo por el gran número de muestra, aunque no demuestre causa efecto por el tipo de estudio», concluye Caelles.