La mitad de las personas con glaucoma no lo sabe

En el Día Mundial de la enfermedad, que se celebra hoy, quiere ponerse el foco en la importancia del diagnóstico temprano pues, aunque no puede prevenirse, sí se puede frenar su avance

El glaucoma es una enfermedad degenerativa que no causa dolor ni presenta síntomas visuales evidentes hasta que está en un estado avanzado. Tiene además, una evolución lenta que, no sólo le ha valido la denominación de «síndrome del ladrón silente», sino que dificulta su diagnóstico hasta convertirlo en «uno de los principales retos del glaucoma», como asegura Julián García Feijoo, presidente de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG).

No sólo eso: «La mayor parte de los diferentes tipos de glaucoma no se pueden prevenir, por lo que una detección precoz permite minimizar sus síntomas, retrasar su evolución y reducir la probabilidad de que derive en ceguera irreversible». Y ese es el principal problema de esta enfermedad, que se ha convertido en la primera causa de ceguera prevenible e irreversible en nuestro país –según datos de la Sociedad Española de Glaucoma y el Instituto de Oftalmobiologia Aplicada (IOBA)– y que se calcula que padecen alrededor de un millón de españoles.

Los pacientes pueden ir perdiendo el campo visual progresivamente sin darse cuenta. Es por ello que, con motivo del Día Mundial del Glaucoma, que se celebró ayer, y del inicio de la Semana Mundial del Glaucoma –hasta el próximo día 18– la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) y Novartis han querido dar mayor visibilidad a esta enfermedad a través de la campaña «La imagen del día», con la que se pretende concienciar acerca de la importancia de su diagnóstico precoz pues aproximadamente la mitad de las personas que la sufren está sin diagnosticar.

Y es que la mejor forma de evitarla pasa por realizarse una revisión cada año y medio. Además, aquellas personas que tengan más de 50 años, o con antecedentes familiares, diabetes o alta miopía deberían tener más precaución. Para lograr este diagnóstico precoz, García Feijoo subraya la importancia de acudir periódicamente al oftalmólogo, ya que los exámenes ópticos de graduación habituales no son suficientes para detectar la enfermedad; y más especialmente a partir de los 50-55 años, cuando se considera que el riesgo de desarrollar glaucoma se incrementa notablemente. «No tenemos el hábito de revisarnos los ojos con asiduidad para prevenir o detectar posibles enfermedades, y hay que tener en cuenta que las revisiones son la única manera de diagnosticar el glaucoma lo antes posible y empezar a tratarlo», añade Delfina Balonga, presidenta de AGAF.

En busca de biomarcadores

El tratamiento más común se centra en fármacos hipotensores, pero en casos necesarios también se acude a terapias con láser, e incluso, la cirugía, dependiendo del nivel de presión ocular, el tipo de glaucoma o el estadio de la enfermedad. No obstante, como precisa García Feijoo, hay que tener en cuenta que todos ellos «están enfocados a frenar el avance de la enfermedad, puesto que es irreversible», sentencia el presidente de la SEG. El futuro pasa también por la búsqueda de biomarcadores proteicos de la enfermedad y el estudio de los genes de riesgo asociados: «La identificación de biomarcadores permitiría distinguir bioquímicamente entre los distintos tipos de glaucoma y estimar la progresión de la enfermedad», asegura Héctor González, investigador principal de la Fundación de Investigación del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. Más aún, «ayudaría a diagnosticar precozmente a individuos afectados por esta patología y abordar así su tratamiento en etapas tempranas, reduciendo considerablemente la pérdida de visión que se va produciendo en los pacientes glaucomatosos antes de ser diagnosticados», concluye.