Enfermedades

Reclaman más vigilancia para los fármacos antiinflamatorios

La Agencia Reguladora del Medicamento en EE UU solicita mayor vigilancia sobre los efectos secundarios de determinadas moléculas

Reclaman más vigilancia para los fármacos antiinflamatorios
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La Agencia Reguladora del Medicamento en EE UU (FDA) solicita una mayor vigilancia sobre los efectos secundarios de determinadas moléculas, como los antiinflamatorios no esteroideos, que se emplean contra la artritis y artrosis

La Agencia Reguladora del Medicamento en EE UU (FDA, por sus siglas en inglés) persigue un endurecimiento de la vigilancia en el etiquetado de los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), al tiempo que exige un fortalecimiento de las ya existentes advertencias de los prospectos en cuanto al aumento de posibilidades de un ataque al corazón o un derrame cerebral. La FDA emite esta alarma basada «en nuestra revisión completa de nuevo de estudios de farmacovigilancia sobre la seguridad, que están requiriendo cambios a las etiquetas de los medicamentos de todos los AINE con receta. Como es el caso de las etiquetas de la prescripción de los AINEs actuales, tanto en los que precisan de prescripción médica para su expedición como para lo que son de venta libre», aseguran desde la FDA. Además, añaden que los pacientes que toman AINEs deben buscar atención médica de inmediato si experimentan síntomas tales como dolor de pecho, falta de aliento o dificultad para respirar, debilidad en una parte o un lado de su cuerpo, o dificultad para hablar.

Como explica Montserrat Romera Baurés, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatóloga del Hospital Universitario Bellvitge de Barcelona, «los antiinflamatorios son fármacos ampliamente utilizados en el tratamiento de las enfermedades reumáticas, por su acción en aquellas dolencias que cursan con dolor y con inflamación. También se emplean para tratar la fiebre, el dolor de cabeza, las alteraciones menstruales, los dolores dentarios, los cólicos o en lesiones traumáticas del aparato locomotor, y pueden ser adquiridos sin receta médica. Sus efectos adversos no son desdeñables y cabe destacar sus consecuencias sobre el tubo digestivo, sobre la función renal y sobre el sistema cardiovascular».

Sin prescripción

Para Ángel Lanas, catedrático de Medicina de la Universidad de Zaragoza y jefe Servicio de Digestivo del Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, resulta «importante que la gente que toma AINEs sin prescripción sepan que también en ellos aumenta el riesgo CV sobre todo si ya tienen un riesgo basal aumentado y especialmente si toman además aspirina (adiro). Por tanto, los pacientes o personas que toman estos fármacos bien con receta o conseguidos sin receta deben prestar atención no solo al riesgo digestivo de tener una hemorragia sino también al riesgo de sufrir un infarto o ictus entre otros accidentes cardio-cerebrovasculares».

Esta revisión y alerta de la FDA responde a una nueva revisión de su farmacología, ya descrita y bien advertida en la literatura científica desde que llegaran los primeros AINEs, ya en 2001. Todos los antiinflamatorios pueden causar eventos cardiovasculares como las trombosis, los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares. «Inicialmente, se pensaba que eran más frecuentes en aquellos pacientes con mayor riesgo, por ser de edad avanzada, hipertensos, con enfermedad renal o en tratamiento con antiinflamatorios durante largos periodos de tiempo, pero últimamente han aparecido estudios donde se observa que estos efectos secundarios pueden aparecer a los pocos días o semanas después de iniciar el tratamiento, y en personas sin factores de riesgo», apunta Romero. Lo que sostiene la alarma que ha iniciado la FDA. En el campo de la artrosis, hay otras soluciones como el condroitín sulfato y la glucosamina. «Pertenecen a un grupo de fármacos distinto al de los antiinflamatorios y con un mecanismo de acción muy diferente. Se emplean para controlar el dolor de la artrosis, principalmente de la rodilla, y en algunos estudios han demostrado capacidad para preservar el cartílago de las articulaciones», comenta Romero. En el último congreso internacional de reumatología, varios estudios confirmaban una menor toxicidad a nivel de riesgos cardiovasculares frente a los AINEs en el campo de la artrosis.